Victoriano 'Nano' Rivas Arévalo (7 de julio de 1980, Ciudad Real) dejó atrás su etapa de futbolista profesional tras pasar por clubes como el Atlético de Madrid, Getafe, Betis, Valladolid, Levante y el Guizou Renhe chino, para iniciar su andadura en los banquillos, entrenando hasta ahora al Nàstic de Tarragona, Getafe B, Roeselare belga y Shanghái Shenhua chino, aquí en 2019 y como ayudante de Quique Sánchez Flores. Afincado en Madrid, ayer estuvo en Miguelturra presentando el torneo que lleva su nombre.
¿Qué es de Nano Rivas?
Desde que regresé de China no he vuelto a estar metido en un proyecto profesional. Colaboro desde hace dos años con Onda Madrid comentando partidos de Primera y Segunda División, especialmente los del Getafe, y monté una academia internacional en un colegio de Madrid, pero no era el momento idóneo por la pandemia. Ahora vamos a intentar arrancarla, que es algo que me atrae y que me permitirá seguir ligado al fútbol. Además, sigo formándome con un curso de dirección deportiva para seguir aprendiendo sobre otro aspecto importante de los clubes de fútbol. Y todo ello mientras llega un proyecto que me ilusione y me vuelva a enganchar en lo que más me gusta, que es entrenar.
¿Echa mucho de menos un banquillo?
Claro. El que ha estado en un banquillo ya no se puede separar de ese veneno que te entra cuando estás ahí abajo. Pero tendría que ser un proyecto que me ilusione y que me permita seguir dando prioridad a la familia. Si lo que surge no me engancha o apasiona, seguiré esperando.
¿Ha tenido ofertas?
Algunas ha habido. La mayoría del extranjero, y de España de Primera RFEF, pero he preferido dejarlas pasar, aunque entiendo que una vez que la pandemia haya pasado, hay que empezar a activarse.
Sus dos hijos ya juegan al fútbol en el Real Madrid y en el Getafe. ¿Le ilusiona que puedan llegar a ser profesionales como usted?
Gracias a ellos veo el fútbol de cantera con más pasión e ilusión y disfruto mucho viéndolos entrenar y jugar. El mayor es defensa, como yo, en el cadete B del Real Madrid Castilla, y el pequeño es portero en el alevín del Getafe. Están empezando y soy consciente de lo difícil que les resultará llegar al fútbol profesional. Se necesita mucho trabajo, constancia y sacrificio, y aún así será muy complicado. Ellos tienen que disfrutar y seguir estudiando.
¿Les recuerda a sus inicios?
Sí. Parece que fue ayer cuando jugaba en el Alarcos y logramos el ascenso. Veo esa ilusión en sus ojos.