Ciudad Real, entre la España "que se estanca"

EFE
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El abandono del ámbito rural que da lugar a la despoblación de grandes áreas del país no es solo cosa del pasado, sino que España sufre actualmente un tercer "éxodo" hacia las ciudades, iniciado a partir de la crisis de 2008 y todavía en marcha

Ciudad Real, entre la España "que se estanca"

El abandono del ámbito rural que da lugar a la despoblación de grandes áreas del país no es solo cosa del pasado, sino que España sufre actualmente un tercer "éxodo" hacia las ciudades, iniciado a partir de la crisis de 2008 y todavía en marcha, tras los registrados a comienzos del XIX y entre 1950 y 1991.

Así lo afirma el trabajo "Un estudio multidisciplinar de la España vacía: retrospectiva y prospectiva", de la Fundación Alternativas, realizado por los politólogos e investigadores predoctorales de la Universidad de Salamanca Álvaro Sánchez-García, Pablo González-González, Emma Turiño y Rubén Cuéllar.

Como conclusión de este análisis, presentado este martes en un evento digital conducido por el vicepresidente ejecutivo de la Fundación, Diego López Garrido, sus autores señalan que la despoblación se combate con incentivos laborales, económicos, fiscales y de servicios, que requieren una inversión pública suficiente.

Con base en estudios de otros autores, el estudio dibuja una "España vacía" formada por 23 provincias que suponen aproximadamente "la mitad" del territorio nacional.

Esas 23 provincias son agrupadas de la siguiente manera: Ávila, Cuenca, León, Zamora, Salamanca, Lugo, Ourense, Segovia, Palencia, Soria y Teruel como la España "que decrece"; Albacete, Ciudad Real, Badajoz, Cáceres, Córdoba y Jaén como la España "que se estanca" y Guadalajara, Burgos, Huesca, La Rioja, Valladolid y Zaragoza como la España "que remonta", con un repunte de la industria y la consecuente caída del desempleo.

En 1950, esas provincias representaban el 34,1 % de la población española, y generaban el 26,7 % del valor agregado bruto (VAB), con un 33,5 % del empleo total del país, pero a la altura de 2017-2019 ya solamente albergaban el 18,1 % de la población, producían el 16,1 % del VAB y proporcionaban el 17,0 % del empleo.

"En términos muy generales puede decirse que desde 1950 estas 23 provincias han visto reducido su peso demográfico, laboral y económico a casi la mitad", asegura este estudio, que destaca que "la despoblación tiene efectos sociales y económicos".

Respecto a los primeros, en el ámbito rural -apenas en las zonas urbanas también afectadas por ese éxodo- tiene "un efecto social y emocional fuerte en forma de resignación ante la pérdida de vecinos, y en muchos casos, de amigos por la inacción de las instituciones públicas", algo que en otros países del sur de Europa ha dado lugar a su vez a un "resentimiento rural", que en España no se ha detectado.

En cuanto al aspecto económico, la despoblación reduce la capacidad económica de los ayuntamientos, que está ligada precisamente a la población, lo que limita la prestación de políticas y servicios públicos y las prestaciones sociales de los que se quedan, lo que da lugar a un "agravio económico".

Sobre el origen de la despoblación, este trabajo define cinco factores: distancia a la capital de provincia, distancia de Madrid, tipo de áreas -rural/urbana-, densidad de población y superficie.

Así, los municipios que experimentaron una mayor despoblación entre 2011 y 2021 fueron principalmente rurales, lejanos de la capital de provincia, situados en la zona interior de la península, con una baja densidad poblacional y una menor extensión, concluye.

Uno de los autores, Álvaro Sánchez-García, ha dicho a EFE que es fundamentalmente en esos municipios donde se debe aplicar esa mayor inversión que proponen, ya que si bien no se puede, por ejemplo, reducir la distancia a la capital de la provincia, sí se puede acortar el viaje por carretera o en tren, de la misma forma que se puede mejorar la conexión a Internet para favorecer la permanencia de los puestos de trabajo.