La provincia de Ciudad Real ha superado los meses de mayor riesgo de incendios y lo ha hecho en un año en el que había «especial preocupación» al inicio de la campaña, cuando se apuntaba a la especial incidencia que podía tener el fuego debido a que iba a ser un periodo estival cálido y con «una sequía crónica», por lo que el escenario que se dibujaba era complejo.

Sin embargo, los datos reflejan que desde el 1 de junio, cuando comenzó la época de mayor riesgo de incendios, hasta el 1 de septiembre, han ardido unas 1.900 hectáreas en la provincia de Ciudad Real, lo que supone tres veces más que el verano pasado, aunque hay que tener en cuenta que ese 2020 fue «el segundo mejor de la última década», con alrededor de 600 hectáreas afectadas, según informaron a este diario fuentes del Plan Infocam Castilla-La Mancha en un primer balance de la campaña estival, en el que la mayoría de lo quemado este año ha sido vegetación arbustiva y pasto. La media de superficie forestal afectada en la provincia suele estar en torno a las 760 hectáreas al año, según el Ministerio de Agricultura. Para poner en relación estos datos hay que tener en cuenta que, por ejemplo, en el incendio registrado en Ávila este verano se quemaron más de 22.000 hectáreas.

En la provincia, de junio a septiembre de este año se han contabilizado 101 siniestros, de los cuales 81 se quedaron en conatos, es decir, afectaron a una superficie inferior a una hectárea, mientras que 20 fueron considerados ya incendios y afectaron a una mayor superficie forestal, con 1.859 hectáreas. Aun así, hay que destacar que el 81 por ciento de los siniestros extinguidos se quedaron en fase de conato, según los datos facilitados por el Plan Infocam, que cada verano pone en marcha el dispositivo para plantar cara a los incendios forestales y atajarlos en el menor tiempo posible.

La provincia supera los meses de más riesgo de incendios - Foto: LTEste verano, sin embargo, ha ardido más superficie a pesar de que se han registrado menos siniestros por fuego que el año pasado, cuando se contabilizaron 132 sucesos, de los que 110 se quedaron en conatos, el 83 por ciento de ellos.

El principal motivo de que se haya triplicado la superficie forestal afectada en la provincia se encuentra en los incendios de Corral de Calatrava y el que se dio entre Almadén y Chillón y «que afectaron a terreno forestal de pasto y arbustiva, ya que fueron incendios muy rápidos propagados principalmente por condiciones meteorológicas como rachas de viento fuertes de más de 30 o 40 kilómetros por horas con el Índice de Propagación Potencial en valores muy altos», detallaron en el Infocam.

El primero de ellos se detectó el 10 de junio en la zona de Corral de Calatrava y obligó al corte de la carretera CR-4129, que une esta localidad con Valverde. El fuego se dio por controlado en la madrugada del 12 de junio y amenazó entornos naturales como la Laguna y el Volcán de la Posadilla, sin llegar a afectarles finalmente. Dañó unas 500 hectáreas.

La provincia supera los meses de más riesgo de incendios - Foto: LTEl 12 de julio se declaró un incendió en Chillón y que terminó afectando también, en mayor medida, al término municipal de Almadén, en concreto, a la Dehesa de Castilseras, una finca propiedad de Minas de Almadén y Arrayanes (Mayasa). Afectó a unas 1.000 hectáreas.

Se trata de dos de los incendios más significativos que ha habido en la región este verano, junto al de Liétor y Tobarra, ambos en Albacete, donde también se registraron condiciones meteorológicas adversas. En el conjunto de la región ardieron entre 5.900 y 6.000 hectáreas en incendios forestales este verano, frente a las 2.266 de 2020 y las 6.199 hectáreas de 2019. «De media, los incendios forestales afectan a 4.800 hectáreas de masa forestal al año en Castilla-La Mancha y se producen 800 siniestros al año, según la media del decenio», informa el Infocam.

sin bajar la guardia. Para esta campaña de incendios se han movilizado unas 600 personas en la provincia de Ciudad Real, en concreto un centenar de técnicos, agentes medioambientales y conductores de Desarrollo Sostenible y 450 profesionales de la empresa Geacam, así como 50 contratados más entre personal de medios aéreos y maquinaria pesada. Todos ellos siguen en alerta en una campaña que se desarrolla hasta el 30 de septiembre y que sigue atendiendo siniestros, como el fuego detectado el domingo en Mestanza o el incendio declarado ayer mismo en Alcoba. A los medios humanos se suman los medios técnicos.