Primero fue el pabellón ferial, después la escuela de artes de Tomelloso, la reconversión de El Carmen en Ciudad Administrativa o el centro regional del folclore. La subida del coste de los materiales ha impactado en proyectos que iban a desarrollarse y que han tenido que rehacerse tras quedar desiertos los concursos o haberse rechazado por las empresas adjudicatarias. Desde el inicio de la pandemia el acero ha aumentado un 114,8 por ciento; el aluminio, un 80,3%; el cobre, otro 79,6%; la madera, un 172%; el petróleo llega ya al 172,5%; y la energía un 81,7%, según un estudio de la Asociación Nacional de Constructores.
«Debemos partir de la premisa de que la escalada de precios de los materiales no es un incremento normal como en otras ocasiones, que siempre ha sido a riesgo y ventura de la empresa, que los asumía como propios», dijo el presidente de los constructores de Ciudad Real, Manuel Carmona en declaraciones a La Tribuna. Se trata, en su opinión, de una situación «coyuntural» en la que se ha producido una subida «tan desproporcionada, que hace que se rompa el equilibrio económico del contrato, pues una parte del contrato no gana y debe ejecutar a pérdidas». Esas declaraciones de desierto «deberían hacer reflexionar, porque suponen un parón en la recuperación económica».
Desde el Colegio de Arquitectura de Castilla-La Mancha cada año publican las Normas Para la Valoración de Presupuestos de Referencia de la Ejecución Material. Es un documento informativo que sirve de base a la hora de planificar proyectos. De 2021 a 2022 el precio del 'módulo' de referencia, aumentó de 380 a 430 euros. Esta cifra se toma como referencia para obtener un presupuesto multiplicando ese módulo por los metros cuadrados y un coeficiente, en función del tipo de obras y cualidades. Puede ser 1,6, por ejemplo, para viviendas adosadas, o 1,8 para guarderías. Ese aumento de casi el 15% es el mayor que se ha experimentado en años. De 2016 a 2018, fue de 350 euros, y a partir de ahí subió 10 euros en 2019, 2020 y 2021, hasta situarse en 380 euros.
Hay que tener en cuenta que en «las obras de promoción pública en marcha, al carecer de la cláusula de revisión de precios, esta escalada del coste de materiales la tiene que asumir el adjudicatario», recordaron desde el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Su presidente, Nicolás Cárdenas, señaló que este es el motivo por el que «muchas licitaciones cuyo presupuesto se realizó antes de estas subidas de precios queden desiertas». Otra cosa son las promociones privadas, donde «evidentemente, se repercutirán estos incrementos al destinatario final». Carmona señaló que hay obras que ya se están ejecutando, «se adjudicaron hace meses», y que están suponiendo «pérdidas para las empresas». En otros casos implican esos concursos desiertos que se van conociendo.
«Nadie da un presupuesto cerrado» con esta situación, señaló el presidente del Colegio de Arquitectos de Ciudad Real, Federico Pérez Parada, quien considera que hay un aumento de la demanda en la construcción que ha llevado a esta situación con un aumento de la obra nueva, la reforma y la llegada de fondos para las obras públicas. No se trata de una demanda solo de materiales, ya que también «falta mano de obra» entre los oficios de la construcción.
Como soluciones, en la APEC señalaron que el problema del coste de los materiales es nacional y desde la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) se está trabajando en trasladar a la administración la necesidad de permitir revisar los precios para adecuarlos al escenario actual. Además, como posible solución, «las administraciones, a la hora de calcular los presupuestos con los que van a sacar las licitaciones, se ajusten a la realidad del mercado», de este modo, puedan desarrollarse y se evite el desierto. La CNC hizo un listado con 500 obras en España que habían quedado desiertas, por un montante de 250 millones de euros.
Es difícil poner fecha al fin de la subida de precios en una economía global que depende de muchos factores que se escapan al control normal de los precios, más teniendo en cuenta la espiral inflacionista, con un IPC al nivel de los años 90. Lo que está claro es que con la subida experimentada desde el inicio de la pandemia, hay que adecuar el escenario de los presupuestos de obras a la realidad del mercado. «Es complicado hacer esta previsión;depende de las partidas de materiales que lleve cada obra, ya que no todas las materias primas han subido su precio de igual forma», dijo Carmona, quien considera que, a partir de un 25% de media deberían revisarse al alza los proyectos solo si se tienen en cuenta la subida de precios aplicadas a las obras.