Sonsoles Arnao

Tiempos de swing

Sonsoles Arnao


No es región para LGTBI+

13/09/2021

«La libertad se aprende ejerciéndola», nos dijo Clara Campoamor y así también se conquistan los derechos, ejerciéndolos. Pero, ¡qué injusto que haya personas a las que les cueste tanto!  A Samuel lo mataron a golpes a gritos de maricón y hemos sabido que otro joven se tiró por la ventana y se quitó la vida ante el chantaje que le estaban haciendo. Le amenazaban con desvelar su homosexualidad a su familia y amigos. La semana pasada el pueblo de Velada arropaba al joven que fue agredido mientras le dedicaban insultos homófobos. Estoy segura de que la inmensa mayoría de la población está representada en ese abrazo solidario y respetuoso que acompañó al joven Miguel Ángel. Pero también, que esa derecha odiadora, misógina, machista y matona ha salido del armario y ahora, sin complejos, se atreve a pavonearse y a dejar marcado su puño cobarde. Esto es un hecho, como lo es el aumento de las agresiones contra personas LGTBI y los delitos de odio. Y podemos entretenernos en debates, denuncias falsas y consignas, o exigir herramientas legales pero sobre todo educativas, para erradicar estas conductas y comportamientos desde las edades más tempranas. En el Eurobarómetro ‘Discriminación en la UE’, el 56% de los encuestados españoles consideran que la discriminación hacia la homosexualidad está extendida, y el 17,7% considera que ser homosexual perjudica la contratación para un puesto de trabajo. ¿Cómo hemos llegado en casi dos décadas de avances y de exportar leyes pioneras en materia de igualdad y libertad afectivo-sexual, a experimentar este revulsivo de agresión y odio?  Castilla–La Mancha, que ha llegado de las últimas a estos avances legislativos, ha anunciado que la Ley de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI será presentada a las Cortes antes de que acabe el año. 
En el año 2005, el Instituto de la Mujer editaba una «Guía para chicas» en colaboración con la Consejería de Educación. Era una herramienta de formación del profesorado elaborada por profesionales para trabajar la igualdad de género, la corresponsabilidad en las tareas domésticas y el respeto y no discriminación a las personas que eligen una forma de amar diversa a la heteronormativa. Esto fue un escándalo en los ambientes de bien, que no dudaron en denunciarlo en homilías y medios de comunicación. El arzobispo Cañizares llegó a decir que esta Guía era un insulto, que incitaba al lesbianismo y la masturbación, y a exigir a las autoridades su retirada inmediata de los colegios públicos. Aquellas autoridades, con Barreda como presidente y Page como vicepresidente, obedecieron al arzobispo y retiraron aquellas Guías. 
Recordé esto hace unos días mientas leía que la Concapa, la Confederación Católica de Padres, está exigiendo la retirada del anteproyecto de Ley de derechos LGTBI porque promueve el «adoctrinamiento ideológico del homosexualismo en las aulas». Dieciséis años después no han cambiado nada. Siguen pensando lo mismo y exigiendo lo mismo al gobierno regional. Y estos son los mismos que organizan el ideario y doctrina de la mayoría de los colegios concertados, es decir, privados sostenidos con fondos públicos. Espero que algo sí haya cambiado en el gobierno y esta vez no se claudique ante quienes prefieren seguir sembrando odio, fobia y estigma. Los derechos y libertades no se conquistan para siempre. No son inamovibles ni irreversibles. Y aunque las leyes no son suficientes para cambiar una sociedad, sí son una palanca para aquellas personas a las que les está costando mucho más ejercer su libertad.