Un hermoso faisán dorado fue la mascota más llamativa de cuantas ayer participaron en la bendición de los animales realizada en la plaza de Santiago de la capital, en honor de San Antonio Abad, y por tanto la que recibió la distinción concedida por la Hermandad de San Antón. Varios hermanos siguieron con atención el paso de los animales antes de decidir cuál sería el merecedor de la distinción.

El ave, propiedad de Esther Carricondo, de 15 años, estudiante de 4º de la ESO en el Instituto Santa María de Alarcos, destacó en el desfile ante la pequeña tarima en la que se situó la imagen del santo y desde donde el sacerdote Antonio Ruiz impartió la bendición a los animales y sus dueños, muchos de ellos niños, acompañados de abuelos y otros familiares.

La joven ganadora señaló que su mascota se encuentra a gusto en el patio de su casa y come normalmente alpiste. El animal lleva cinco años en su casa y afirmó que el animal está completamente domesticado.

Los animales rodean a San Antón en su regreso - Foto: Rueda VillaverdePor su puesto, la especie más representada la formaban los perros, seguidos a mucha distancia por los gatos y ya en menor número tortugas; otros pájaros, conejos, cobayas y roedores varios, lagartos y hasta un invertebrado, un insecto palo. La afluencia de animales, especialmente de la especie canina, dio lugar a una cacofonía de ladridos que se convirtió en el trasfondo sonoro del acto. La cola, formada por estas mascotas daba una vuelta completa en círculo en torno a la plaza y se alargaba después por más de media circunferencia exterior.

Donde sí se notó una menor afluencia fue en la habitual presencia de curiosos, de hecho hubo menos apreturas que en las ediciones de años anteriores para situarse junto a la tarima.

Por su parte, el presidente de la Hermandad de San Antón, Ángel Patiño, valoró el regreso a la normalidad durante los dos días de celebraciones, después de dos años en que fue imposible celebrar actos públicos antes de la pandemia. «Pensábamos que con el tiempo que hacía iba a venir menos gente, pero al final han venido bastantes». De hecho, los temores de lluvia quedaron en unas cuantas gotas que cayeron en los primeros minutos del acto, una vez concluido éste y antes de que los asistentes terminaran de recogerse o accedieran a la iglesia para asistir a la misa por los fallecidos de la Hermandad. «Creíamos que iba a llover, pero al final ha sido muy poco», señaló Patiño.

Los animales rodean a San Antón en su regreso - Foto: Rueda VillaverdePor su parte, el sacerdote, antes de realizar la bendición de los animales, recordó a los presentes que, según las escrituras, «los animales han sido creados por Dios para ayudar al hombre en el trabajo», al tiempo que precisó que «al implorar la bendición de San Antonio para los animales, alabamos al creador de todo».

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