Los paseos de quienes no pueden vivir sin rutina

Hilario L. Muñoz
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Los familiares de personas con trastornos del espectro autista tratan de explicar el aislamiento con pictogramas mientras usan como último recurso la posibilidad de salir a la calle para tener algo de normalidad

Los paseos de quienes no pueden vivir sin rutina

El coronavirus ha generado en cada uno de nosotros nuevas rutinas a las que es necesario adaptarnos. Un proceso que cuesta más o menos en función de la persona y que tiene su máximo exponente en el hecho de quedarse en casa el máximo tiempo posible. Se trata de adaptarse al cambio algo que es precisamente lo más difícil que existe para una persona que se encuentra dentro del espectro autista (TEA). Por este motivo se han creado vías para que estas personas mantengan algo de esa rutina que todos hemos dejado a un lado por la pandemia.

«La gente procura no salir para nada y no nos lo hemos tomado como si tuviéramos libertad», explica la presidenta de Autrade, Pilar Álvarez. Ella es madre de una persona con autismo y conoce la importancia que tiene la rutina en el día a día y de trasladar los cambios de poco en poco. Por la urgencia, las personas con TEA de la capital han tenido que dejar de ir a sus clases, a su centro de día o incluso de vivir en su residencia. La situación es tal que solo queda un residente en la residencia que tiene la organización. «Con la entrada y salida de turnos correrían más peligro que en casa», expone para explicar el cierre.

Por este motivo es clave que las personas con autismo paseen, algo que «solo hacen en casos en los que no hay otra opción». «Con las familias que yo hablo y que más contacto tengo, permanecemos en casa e incluso algunos estamos sorprendidos de lo bien que se lo han tomado», argumenta la presidenta de Autrade como un ejemplo de que la posibilidad de salir no es una carta blanca, a pesar de las situaciones que se han vivido en algunas grandes ciudades.  

Álvarez argumenta que conoce casos en la capital de personas que dan paseos en coche o cortos cuando no existe otra opción. Hay que tener en cuenta que las familias de menores con TEA deben compaginar «el temor a que el chico se lesione» debido a los cambios que provoca el estado de alarma, ya que «no habría opción de ir a urgencias en estos momentos» con el riesgo al contagio de salir a la calle. Hay un temor en todos los padres a que el coronavirus provoque que no puedan atender a sus hijos. «Estamos todos muertos de miedo por ello».

Para lograr que los menores se adapten a la situación, desde Autrade han preparado unos pictogramas en los que se muestra el virus y la situación actual. «Se trata de anticipar que no se puede salir» para crear una nueva rutina en la que todos nos quedamos en casa.