Las restricciones que trajo consigo la pandemia ha provocado que el número de terrazas instaladas en Ciudad Real se haya disparado en los últimos meses, hasta acercarse a los dos centenares. En concreto, la capital cuenta ya con 173, por las 160 que existían el año pasado. A éstas habrá que añadir en las próximas semanas una decena más, para un total de 183, cifra récord en la ciudad.

La prohibición de dar servicio en el interior de bares y restaurantes en los niveles más altos de medidas contra el coronavirus, sumada a la mayor preferencia de los clientes de poder consumir en espacios abiertos para minimizar los riesgos de contagio, está obligando a los propietarios de estos establecimientos a buscar en las terrazas una vía de subsistencia económica para sus negocios, por lo que no han dudado en ampliarlas o pedir nuevos espacios. Una demanda a la que desde el primer momento se mostró sensible el Ayuntamiento, flexibilizando los plazos de solicitud y bonificando el coste de la tasa municipal, desde la gratuidad total cuando comenzó la primera desescalada hasta el 50% actual -los hosteleros no pagarían nada de enero a junio, y sí lo harían en la segunda mitad del año-. No obstante, el Consistorio rechazó la exención total para este 2021.

Según los datos facilitados a este periódico por la edil de Sostenibilidad, Mariana Boadella, en la actualidad hay 81 solicitudes en trámite, de las cuales diez se refieren a terrazas de nueva instalación, de las que tres ya están aprobadas. Es la ‘fotografía’ actual del sector, después de unos meses de enero y febrero «con mucho movimiento» en cuanto a peticiones por parte de los hosteleros, y se espera que sigan entrando solicitudes ya que el plazo seguirá abierto hasta el 30 de junio. Boadella defendió que su tramitación se hace de modo «ágil, en un máximo de dos semanas», aunque matizó que eso es «siempre que se trate de solicitudes bien completadas y dibujadas», que provengan de hosteleros que estén al día con sus obligaciones tributarias y cuya instalación sea factible. Si esto no es así, la espera podría alargarse, o incluso rechazarse la solicitud. Por otro lado, la edil considera que hasta la fecha los propietarios están siendo cumplidores con la normativa sobre separación entre mesas y entre sillas, aunque sí reconoce que en más de un caso no se han respetado los límites físicos que le correspondían a las terrazas, obligando a la Policía Local a estar «vigilante».