El antiguo convento que hoy es complejo residencial

La Tribuna
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El antiguo convento que hoy es complejo residencial

La Congregación de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad fue fundada en 1856 por Santa María Micaela para dar respuesta a un problema latente en la sociedad de la época: ayudar a mujeres jóvenes víctimas de la exclusión social, muchas de ellas involucradas en el mundo de la trata, la prostitución, la violencia en el ámbito de la pareja, u otros problemas sociales que fueron apareciendo a lo largo de los años. Su misión institucional era la de la liberación e integración personal, promoción y reinserción social de las mujeres en situación de exclusión y vulnerabilidad.

Durante décadas, la orden de las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad estuvo vinculada al Patronato de Protección a la Mujer, institución que dependía del Ministerio de Justicia. 

La comunidad de religiosas Adoratrices llegaron a Ciudad Real una vez acabada la Guerra Civil, situando su primera residencia en una casa de la calle Conde de la Cañada. Desde su llegada a Ciudad Real llevaron a cabo una encomiable labor, fruto de este trabajo fue la gran demanda que tuvieron de personas que necesitaban ayuda, siendo insuficientes las instalaciones donde desarrollaban su actividad. Ante esta situación, el Gobernador Civil, Jacobo Roldán, hizo gestiones ante el Gobierno de la nación para     intentar paliar estas deficiencias, consiguiendo los recursos necesarios para la construcción de una nueva residencia-internado-convento. que acogiera la actividad de las religiosas Adoratrices. 

El antiguo convento que hoy es complejo residencialEl antiguo convento que hoy es complejo residencial - Foto: Rueda VillaverdeLa construcción del nuevo edificio se llevó a cabo en la ronda del Parque. Se trataba de una ambiciosa residencia con capacidad para 300 personas, que constaba de varios pabellones, de tres alturas, destinados a dormitorios, aulas, salas de ocio, cocina, comedor... Estos pabellones se articulaban en torno a un patio. Las edificaciones se encontraban rodeadas de un amplio espacio de recreo con espacios verdes e instalaciones deportivas. Junto a la residencia propiamente dicha, también se construyó un edificio anexo destinado a capilla con una torre campanario de 40 metros de altura.

El nuevo centro de acogida y reinserción de mujeres, regentado por las Adoratrices, fue inaugurado en 1950. Además de reformatorio, cumplía la función de convento de la comunidad religiosa de las Madres Adoratrices.

Diez años más tarde, en 1960, al crearse la parroquia de Santo Tomás de Villanueva y carecer de templo e instalaciones propias, la capilla del convento de las Adoratrices fue utilizada como templo parroquial para la celebración de la Santa Misa y demás cultos. La parroquia Santo Tomás de Villanueva estuvo utilizando la iglesia del convento hasta 1973, fecha en la que se bendijo y consagró la actual iglesia de la parroquia de Santo Tomás de Villanueva.

Actualmente, las instalaciones del antiguo convento de las Adoratrices, propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, acoge el Complejo Residencial Guadiana Módulo I para personas con discapacidad intelectual. Lo que en su día fue la capilla del convento, en la actualidad es el salón de actos del complejo residencial, Guadiana, conservándose los frescos pintados por el artista onubense, J. Garrido. 

En 1993, la congregación de las Adoratrices de Ciudad Real se despidieron del edificio que había sido su convento durante 43 años, instalándose en unas sencillas dependencias, donde siguen desarrollando su labor en favor del empoderamiento de jóvenes ciudadrealeñas en situación vulnerable.