Santi Urdiales, técnico del Caserío, no podía ocultar su decepción tras la derrota de su equipo frente al Puerto Sagunto (29-30) en un choque resuelto a dos segundos para el final con un tanto de Vicente Poveda.

"Estamos fastidiados. Fuimos todo el tiempo a remolque y a base de sufrimiento y de trabajo conseguimos igualar el partido. Fue un final a cara o cruz y nos tocó cruz", explicó Santi Urdiales, preparador del Caserío. Para el santanderino, una de las claves fue que "hicimos una primera mitad muy flojita. Nos hicieron muchos goles y el espejo donde mirarse debe ser la segunda mitad, donde fuimos un equipo valiente, descarado, que lucha y pelea. Nuestro paso por esta categoría debe ser así, disfrutar siendo valientes y peleando hasta el último segundo".

En el intermedio Urdiales admitió que comentó a sus jugadores que estaban siendo un equipo "cagoncete. Nos íbamos en defensa muy para atrás, no éramos valientes y ya en la segunda mitad cambiamos. Abrimos la defensa, fuimos a por el equipo contrario y nos olvidamos del marcador. Solamente nos hicieron doce goles en el segundo periodo, la pena fue ése último tanto al final. Toca seguir trabajando y la segunda mitad es la línea".

Urdiales también agradeció el apoyo de los aficionados, "la grada de animación es un acierto total del club", señaló, y cree que partidos de estos "aunque no se ganen, son los que hacen afición. En casa tenemos que competir como en la segunda parte para conseguir puntos".