Las pesquisas que se están realizando sobre el ataque supremacista en Nueva Zelanda van dando sus frutos y afloran detalles del macabro plan de Brenton Tarrant. Así, ayer la primera ministra, Jacinda Ardern, confirmó que su oficina recibió minutos antes del atentado un manifiesto de 37 páginas escrito por Brenton Tarrant, el australiano que mató el pasado viernes a 50 personas (ayer se encontró un cadáver más en una de las mezquita) en dos centro de oración de Christchurch, aunque no había tiempo material para reaccionar e impedir el atentado. Un portavoz de Ardern explicó que el texto fue enviado a una dirección genérica, no a una que consulte la propia Ardern, y que había otros destinatarios como dirigentes políticos neozelandeses y medios de comunicación del país y extranjeros.
En cualquier caso, y aunque en el mensaje no se anunciaban las intenciones concretas de Tarrant, fue remitido de inmediato a la Policía. «No había posibilidad de detenerle», agregó? el portavoz. Anteriormente, habían adelantado que «en el momento que nos informaron de ese correo, el ataque ya se había producido».