La Historia no entiende de aspirantes

Diego Izco
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Los últimos campeones (Liverpool y Real Madrid) están contra las cuerdas, otros favoritos (PSG, Barça o Juventus) no se encuentran y solo el gigante de siempre, el Bayern, se mantiene en pie

La Historia no entiende de aspirantes - Foto: Juanjo MartÁ­n

No, a estas alturas del campeonato no ganas ningún partido con el escudo. Ni logras billetes a cuartos o eliminatorias tranquilas, al menos, enseñando el curriculum vitae: «Mi nombre es Jurgen Klopp, éste es mi Liverpool, llevo 105 de los últimos 107 puntos de la Premier, logré la última Copa de Europa y vengo a ganar». El Atlético le hizo un 1-0 en toda regla y el campeón no tiró a puerta en el Wanda Metropolitano, en una de esas noches en las que el bloque colchonero podría estar jugando 10 horas contra las Divisiones Panzer de la Wehrmacht (tanques alemanes) y salir a cero. Decenas de tibias rotas y ningún balón en la portería de Oblak, lo que no le otorga ningún favoritismo extra al Atlético (Anfield arderá tanto o más que el Met rojiblanco), pero sí logra algo que parecía imposible: quitárselo a esa máquina de guerra, o algo parecido, que es el Liverpool. 
Hablando de campeones enterrados en dudas, el Real Madrid queda colgado de un pequeño hilo por culpa de un 1-2 tan extraño como justo. Raro porque en un momento dado los blancos iban por delante, y justo porque hubo remontada. Guardiola no solo tenía mejor plan de Zidane, sino mejores piezas para ejecutarlo. De Bruyne, Silva y Mahrez fueron indetectables, y la electricidad de Sterling puso la guinda. Enfrente, un dibujo de gesto torcido y lo de siempre: cargar todo el peso sobre un muchacho que se acerca a la portería rival y pierde el equilibrio (Vinicius) sigue siendo el pecado de un equipo que era sólido... hasta que empezó a encajar goles. Dos le hicieron y deberá hacer al menos otros dos (sin encajar) sin tipos que la rompan en ataque... ni Ramos, el que mete el espíritu y tan vez el cabezazo definitivo en el descuento. 

‘Messidependientes'

El dato que ofrecía Mister Chip tras el 1-1 del Nápoles-Barça es para imprimírselo, plastificarlo en tamaño tarjeta de crédito, guardarlo en la cartera y presentárselo (sin decir nada más) a quien pregunte «¿qué quieres decir con Messidependencia?». El 10 azulgrana, ahogado el martes en casa de Maradona, ha jugado 141 partidos de Liga de Campeones, marcando casi en la mitad de ellos: 70 con gol suyo, 71 sin él. De esos 70, el Barça ganó 59 empató ocho y solo perdió tres: llevándolo a un terreno clasificatorio, 185 de 210 puntos posibles (un 92,5 por ciernto). De los 71 duelos sin su gol, 24, 30 y 17 (102 puntos de 213, apenas un 48 por ciento). Messi como causa, como principio y como fin de un Barça al que, jugando así, no le alcanza. Lo dijo Leo esta semana... 

Cuatro invictos

Ya había perdido el Paris Saint-Germain en Dortmund y cayó la Juventus contra pronóstico en Lyon, así que a la Champions solo le quedan ya cuatro equipos invictos: precisamente Nápoles y Barça, el brillante City del Bernabéu... y el gigante de siempre, el Bayern de Múnich. 
Más adelante pueden llegar rivales más cualificados que cuestionen su autoridad, o quizás duelos resueltos en pequeños detalles, pero la sensación es de que el Bayern nunca pierde: hay que ganarle. De entrada, Lewandoski se exhibió en Londres (dos asistencias a Gnabry y gol para hacer el 0-3), pero pagó un alto precio por el billete a cuartos: un mes lesionado. Flick, que llegó en diciembre para sustituir a Kovac, encontrará algo en el inmenso fondo de armario de los alemanes, los que (ya saben) primero ganan y luego se lo merecen.