40 años formando en idiomas

M. L.
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La Escuela de Idiomas de Ciudad Real sopla las velas de este aniversario especial y lo hace tras haber acogido en sus aulas a 40.000 alumnos, incluso familias enteras que han aprendido nuevas lenguas de la mano de sus profesores

De izquierda a derecha, Ana María Ramínez, estudiante de varias idiomas; Piedad Rodríguez, exdirectora; Celia de Diego, directora actual, y Rosario Rincón, alumna de inglés. - Foto: Rueda Villaverde

Hay centros que se sienten como un hogar y compañeros de profesión y alumnos que son como una familia. Esto es lo que se palpa en la Escuela de Idiomas Prado de Alarcos, de Ciudad Real, que está celebrando un cumpleaños muy especial, sus 40 años de vida. Un camino hacia esa madurez que está plagado de curiosidades y anécdotas, pero también de esfuerzo, tesón y corazón, y por eso no es de extrañar que todo su personal, profesores y también muchos alumnos se estén volcando en esta conmemoración, que culminará en abril con un acto que se prevé muy emotivo. 

Las páginas de la historia de la Escuela de Idiomas de Ciudad Real comenzaron a escribirse antes de su constitución oficial en octubre de 1982, cuando el Boletín Oficial del Estado (BOE) le dio carácter de escuela de idiomas como tal. Antes era un centro asociado a Madrid y su sede estaba en la residencia del Doncel, según relata la que fue su directora entre 1992 y 2012, Piedad Rodríguez. Ella cogió el testigo de Pierret Argoas como directora y todavía hoy, ya jubilada, recuerda con cariño y emotividad su labor en el centro, las enseñanzas y los lazos que se han forjado basándose en la enseñanza de idiomas. 

Primero sólo con el estudio de inglés y francés para los 500 alumnos que arrancaron aquel primer curso de 1982, después sumando al año siguiente el alemán y posteriormente el italiano. Desde entonces, en la Escuela de Idiomas de Ciudad Real, una de las diez primeras que se constituyó en España y la primera de la región, se ha llegado a enseñar coreano, árabe, chino, catalán y ahora también, gracias a una asociación, se imparte japonés y ruso. 

40 años formando en idiomas40 años formando en idiomas - Foto: Rueda VillaverdeEl perfil de aquellos primeros alumnos era muy variado. «He enseñado a una familia entera», recuerda Rodríguez, quien volvió a entrar a una de las aulas de la que fue su casa con motivo de este reportaje y acompañada de Celia de Diego, actual directora, y de Ana María Ramírez y Rosario Rincón, dos de las alumnas. 

Ellas son dos ejemplos de ese perfil variado que todavía hoy sigue acudiendo a la escuela de idiomas. «Rara es la persona que no ha pasado por el centro», asevera Rodríguez. De hecho, en sus 40 años de vida ha facilitado el conocimiento de los idiomas a 40.000 personas y ha contado con un total de 120 profesores. 

En la actualidad imparte clases a 2.400 alumnos. El inglés sigue siendo el idioma más demandado, seguido del francés y del alemán y el italiano, que tienen un número similar de matriculaciones. Los estudiantes a los que acoge van desde los 14 hasta los 82 años que tiene la alumna más veterana. 

40 años formando en idiomas40 años formando en idiomas - Foto: Rueda VillaverdeRosario Rincón es una de esas alumnas que se matriculó cuando el centro abrió sus puertas y que, tras irse a estudiar a Madrid y estar desvinculada un tiempo por motivos laborales, regresó a este centro para seguir formándose, de manera que ya lleva cuatro años seguidos. Ahora lo hace para lograr el segundo curso de C1 de inglés.

Con 54 años y prejubilada de banca, considera que saber inglés es «un plus» desde el punto de vista laboral, pero también un aliado para ayudar a sus hijas adolescentes con el estudio de la materia en Bachillerato. 

En esta larga trayectoria de su paso por la Escuela de Idiomas ha visto cómo se ha pasado de aquellos primeros años en los que la enseñanza era «muy rígida y con mucha materia» a una formación «más dinámica y en la que lo primordial es que se adquieran las destrezas». 

40 años formando en idiomas40 años formando en idiomas - Foto: Rueda VillaverdeTambién comparte esta opinión Ana María Ramírez, que cursa el mismo nivel de inglés que Rosario y que lleva estudiando en la Escuela de Idiomas más de 15 años. En su caso, además, explica que habla bien el alemán y se defiende también con el francés. 

Y es que su profesión de sumiller y de organizadora de eventos le exige el uso de los idiomas, ya que trata con clientes extranjeros, por lo que hablar diferentes lenguas es una baza de cara a ferias como Fenavin o Madrid Fusión, donde asisten compradores de multitud de partes del mundo. 

También estudia por satisfacción personal. Le encanta viajar y saber idiomas. Le permite desenvolverse perfectamente por cualquier parte del mundo, por lo que los idiomas no son para ella un freno de cara a elegir destino o para adentrarse en el conocimiento de otros países y otras culturas. 

 

DE LA TIZA A INTERNET. En estos 40 años la forma de enseñar también ha cambiado mucho. Lo recuerda bien la antigua directora de la escuela, que rememoró los tiempos en los que sólo contaban con la tiza en la pizarra. Eso dio paso después al uso de casetes para escuchar grabaciones de audio en otros idiomas. Más tarde llegaron aquellos televisores grandes con vídeo VHS y después la instalación de una parabólica con la que captaban canales para escucharlos en su lengua original. Todo aquello ya quedó totalmente obsoleto con la llegada de internet, incluso ahora con la posibilidad que ofrecen ahora las plataformas de televisión de disfrutar de series en su versión original. 

Detrás de todo ese camino andado también hay un empeño de la Escuela de Idiomas, no sólo adaptar su formación a los nuevos tiempos, también de adaptar sus propias instalaciones. Uno de esos cambios fue la instalación de un ascensor para posibilitar en un principio el acceso al aula de una alumna con discapacidad, a la que incluso tenían que subir a clase «en brazos», y posteriormente para contar con la accesibilidad para todos. 

También fue un reto, relatan, la ampliación que se llevó a cabo para crear lo que hoy en día es todo el lateral derecho de la escuela, unas nuevas dependencias que se inauguraron en el año 2008 y que hacen que la escuela presente el aspecto que tiene en la actualidad. 

Además, la escuela Prado de Alarcos ha llevado el sello ciudadrealeño a multitud de países a través de los viajes que ha organizado. Algunos de sus alumnos han visitado de su mano países como Gran Bretaña, Italia, Francia, Estados Unidos, Canadá, Jordania, Rusia, Bulgaria, Polonia u otros de Centroeuropa.

Una andadura de 40 años en la que miran al pasado para rememorar su historia como centro, pero también al futuro para seguir formando a generaciones y generaciones de ciudadrealeños.