La pérdida de población se ha situado entre los principales temas para abordar el futuro demográfico de una provincia como la de Ciudad Real. Una realidad que no se da solo en pequeños pueblos de comarcas alejadas, sino que golpea también a las grandes ciudades. En 2021, según el INE, la capital volvió a perder población, lo hizo por segundo año seguido; Puertollano encadenó ya más de una década restando vecinos y también anotaron números rojos en sus cifras de población en localidades como Valdepeñas, Alcázar de San Juan, Manzanares o Daimiel.
En el caso de la provincia, esa pérdida de población viene acompañada de otra circunstancia: el envejecimiento. La edad media de los ciudadrealeños en 2022 fue de 44 años y medio. En 1975 era de 33. Un fenómeno demográfico que golpea a la capital, donde en 12 de los 18 barrios en los que se divide el municipio hay ya más mayores de 60 años que menores de 20. De las algo menos de 75.000 personas que están empadronadas en la capital, casi 20.000 superan los 60 años de vida y menos de 15.000 no han cumplido los 20 años. Hace una década, con prácticamente el mismo número de vecinos en la capital, había 16.000 menores de 20 años y 11.000 adultos de más de 60.
El barrio más envejecido es el del Torreón. Allí casi la mitad de sus vecinos superan esa barrera de los 60 años. Esa realidad demográfica se extiende por prácticamente todas las zonas del centro y se acentúa, además de en el propio Torreón, en barriadas como la de Plaza Mayor, Plaza de Toros, Morería, El Perchel o Ciudad Jardín. En todos estas zonas hay más gente que supera los 75 años que niños de menos de 10.
Para encontrar las zonas más jóvenes hay que cruzar la ronda. Larache, El Pilar, Nuevo Parque, Puerta de Toledo, La Guija y, sobre todo, Nuevo Hospital son los barrios de Ciudad Real donde se encuentra un mayor porcentaje de menores de 20 años. En las proximidades del centro hospitalario, prácticamente uno de cada tres residentes allí es o un niño o un adolescente.
factor inmigrante. Esa evolución de la población de la capital se produce de forma independiente de la llegada de inmigrantes. Un factor considerado clave para rejuvenecer la edad media, aquí no siempre está ligado a la realidad de los barrios. En Ciudad Real hay zonas envejecidas donde la presencia de foráneos es relevante. El mejor ejemplo es Plaza de Toros. Con los datos en la mano, es el cuarto barrio de la capital donde hay más presencia de extranjeros entre sus vecinos, pero es también el tercero con más porcentaje de mayores de 60 años. Se trata de una inmigración ya asentada en Ciudad Real. Allí, sobre todo, llegada del continente americano, el principal punto de origen de los inmigrantes que habitan en la capital. De las algo más de 4.100 personas con una nacionalidad distinta a la española que viven en Ciudad Real, casi 2.000 son americanos y la mayoría, sudamericanos. En ese entorno de la plaza de toros viven el 20% de ellos. El barrio más multicultural es, sin embargo, El Pilar. Uno de cada diez vecinos es extranjero. Algo más de 200 de sus 2.000 vecinos, un porcentaje prácticamente similar al que se da en Los Rosales, el segundo barrio con más inmigrantes, seguido de Puerta de Toledo.
La colonia americana es la mayoritaria en todos los barrios de Ciudad Real, a excepción de Ciudad Jardín y Camino de Alarcos. Allí son más los europeos, 985. En la capital superan a los africanos, 726, y a los asiáticos, 531. En todos los barrios hay gente llegada de otros continentes, sin contar con Oceanía, menos en Morería y Camino de Alarcos. Allí el INE no ha localizado a ningún asiático.