Xavi Martínez, el deporte como aliado

Eduardo Gómez
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El deportista afincado en La Solana ha llegado a la selección española de fútbol para amputados tras sufrir un accidente laboral en 2020

Xavi Martínez. - Foto: Manuel Padilla

A Xavi Martínez Gómez-Pimpollo le cambió la vida un 30 de abril 2020. En plena pandemia sufrió un accidente laboral que le destrozó el pie izquierdo «y desde entonces no he vuelto a ser el mismo», confiesa. Nacido en Les Franqueses (Barcelona), pero de madre solanera y afincado en esta localidad manchega desde hace muchos años, encontró en la familia y en el deporte los motores para seguir afrontando la vida con ilusión. 

Fue futbolista en Primera Preferente de equipos como La Solana, con quien logró el ascenso a Tercera, Manzanares y Membrilla, y una casualidad le hizo descubrir el fútbol para amputados. En apenas un año practicándolo ha logrado representar a la selección española en el Mundial celebrado en Turquía este otoño y, sobre todo, le ha permitido seguir vinculado al deporte, su gran pasión, «lo mejor para la mente», resume.

Desde aquel 30 de abril 2020 su vida cambió por completo. Su mujer, Ana, estaba embarazada de su primer hijo, Xavi, que ahora ya tiene un hermano pequeño, Miguel. Su pie izquierdo ha sufrido once operaciones y a finales de enero es probable que le toque la duodécima. Además, ha vuelto a trabajar y, aunque advierte que sigue precisando de ayuda psicológica, esa combinación de familia, deporte y regreso a la vida laboral le hacen ver el futuro con optimismo.

Se emociona al recordar cuando en plena pandemia, con su mujer embarazada de seis meses y su familia en Barcelona, estaba ingresado en el hospital sin ni siquiera atreverse a ver el pie. «Me tapaba la cara cuando me lo tenían que curar», explica.

En una época de fuertes restricciones, su madre se cruzó la península para estar con él, por eso sus palabras de agradecimiento siempre van dirigidas hacia ella, «y también hacia mi mujer y toda la familia que estuvo conmigo en ese día a día tan complicado».

SUS INICIOS. Tras haber dedicado gran parte de su vida al fútbol, el destino quiso que conociese el fútbol para amputados. Fue paseando por Barcelona, cuando un chico al que le faltaba un brazo se le acercó y le preguntó si jugaba al fútbol y si quería practicarlo. «Al principio pensé que era una cámara oculta o algo así porque le faltaba un brazo de nacimiento y dcía que jugaba de portero. Yo no conocía de nada el fútbol para amputados, un deporte que es un gran desconocido y que necesita de muchos más apoyos», reflexiona.

A partir de ahí se informó, empezó a practicarlo y ahora milita en el equipo Flamencos Amputados Sur, que aglutina a jugadores del sur de España. Sus cualidades y destreza pronto empezaron a llamar la atención y el seleccionador nacional le llamó para una convocatoria previa al Mundial de Turquía, donde España llegaba como subcampeona de Europa.

Sin embargo, cuestiones burocráticas no aseguraban que pudiera ser alineado en el Mundial y se quedó fuera de la lista. Provisionalmente. Por otro lado, su segundo hijo, Miguel acababa de nacer. Y aquí de nuevo intervino el destino. Un compañero de combinado nacional fue en ese momento padre de su cuarto hijo y renunció a acudir al Mundial, lo que le abrió las puertas de nuevo de la selección y del Mundial, pues la documentación llegó justo a tiempo y disfrutó, además, de muchos minutos en un torneo donde España cayó eliminada en la fase de grupos. 

Más allá de seguir progresando en este deporte, otro de sus grandes objetivos es que el fútbol para amputados sea más conocido y que deportistas con discapacidad decidan practicarlo. «Necesitamos que mucha más gente lo practique y para eso hace falta conocerlo», lamentando que las ayudas que reciben son prácticamente inexistentes.

En su caso, ahora se entrena con el equipo de Membrilla de Primera Preferente y se ríe al recordar cómo al principio con las muletas no llegaba a la portería si chutaba desde fuera del área. Ahora, es uno de los mejores jugadores del país. No quiere ser ejemplo de nada, solamente que su historia sirva para que otras personas que pueden estar pasando ahora por un mal momento sepan que la vida da otras oportunidades y que el deporte siempre será un aliado para ayudar a superar las adversidades.