Carnaval con solera

Ana Pobes
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La Asociación Cultural Peña Harúspices de Tomelloso es con siete 'arlequines de oro' la que más veces ha logrado este galardón en el desfile del Domingo de Piñata. 'Piratas' es el tema elegido para sorprender este año al público

Carnaval con solera - Foto: Pablo Lorente

Es de noche. Las empresas y los negocios de una de las zonas industriales de Tomelloso han echado el cierre, pero en una de las naves la actividad no cesa. El olor a pintura se deja ya sentir a las puertas, en su interior un grupo de personas se afana en dar forma al montaje que en unos días desplegará por toda la provincia. Bajo los acordes musicales de la radio, miembros de la Asociación Cultural Peña Harúspices dejan a un lado su profesión para convertirse en albañiles, soldadores o electricistas. Todo tiene que estar a punto para este viernes, fecha en la que se da la bienvenida al Carnaval, y la maquinaria trabaja a pleno rendimiento.  

Harúspices estira la noche para ultimar hasta el más mínimo detalle. Todo está muy estudiado y diseñado. Nada puede fallar. Este año vuelven a ir a por todas para conseguir el Arlequín de Oro, la máxima distinción que otorga el Ayuntamiento de Ciudad Real en su día grande, el Domingo de Piñata. Un arlequín que les ha dado la alegría en más de una ocasión, en concreto siete veces. Pero quieren una más, la octava. Y ganas no les falta. De momento es la peña que más arlequines ha conseguido, aunque reconocen que muy de cerca les sigue la Asociación Cultural El Burleta, de Campo de Criptana, y que el año pasado hizo historia con su cuarto arlequín consecutivo. La competencia y la rivalidad está ahí, pero Harúspices no tiene miedo a nadie. El reto no es fácil, y un año más. como ya es costumbre, ponen toda la carne en el asador. 

Rafael Millán y Javier Cabañas,   presidente y vicepresidente de la peña, respectivamente, no apartan la mirada del trabajo de sus compañeros. Es la segunda generación que hace doce años se puso al frente de la directiva de esta asociación que nació en el año 1986. Casi 35 años de andadura que la convierten en una de las peñas «más antiguas y con más solera» de la provincia y que ha dejado atrás a otras muchas que hoy son historia tras su desaparición. Experiencia y abolengo que se deja sentir en las carrozas, en los trajes y en la coreografía. Todo tiene que salir a la perfección. Y bajo esa premisa llevan trabajando desde junio, donde ya se empieza a dar forma a esa idea. Infinitas horas de esfuerzo y grandes dosis de imaginación para plasmar en papel ‘Piratas’, «una idea que teníamos en el baúl de posibles temas desde hace años». Y para la ocasión, no faltará ese toque con el que Harúspices «marca la diferencia», comenta Millán. «Cada año intentamos cambiar y superarnos, no solo por esa competitividad sino también por nosotros mismos, por hacer cosas diferentes», declara. Pero también, habrá esa «fuerza en escena que tanto caracteriza a la peña», añade Cabañas. 

Carnaval con solera Carnaval con solera - Foto: Pablo LorenteEl equipo de trabajo también marca esa diferencia. Ataviados con mono rojo, a sus espaldas un mote relacionado con el montaje de cada año. Alejandro De Lahoz luce el de ‘maestro artillero’. Recuerda que con trece meses ya desfiló por primera vez con Harúspices, y desde entonces ya han pasado 26 años, por lo que no es de extrañar que no conciba «un año sin Carnaval y un Carnaval sin Harúspices», peña, relata emocionado, que «se ha convertido en una parte más de mi vida». Y el ‘culpable’ de llevar esta peña tomellosera en la sangre; su padre. Él es Miguel Ángel, y quien forma parte de esta gran familia desde sus inicios. Tiempo, declara, donde la esencia y esa fraternidad se ha mantenido a pesar del transcurso de los años. Devoción por el Carnaval y por la peña que se transmite de generación en generación. Es el caso, por ejemplo, de Sara Morales, que junto con toda su familia se dedica en cuerpo y alma a vivir el Carnaval de otra forma, entre los entresijos de la peña. «Estamos la familia al completo gracias a mi padre, que   ha enganchado a mis hermanos, a mi y a mi madre, que sale por primera vez»,  manifiesta. 

Carnaval con solera
Carnaval con solera - Foto: Pablo Lorente
al ritmo de la música. Todo cuenta. No solo el colorido y la magnitud de sus carrozas (cinco este año) sino también los patrones de los trajes. Miles de puntadas para elaborar unas 170 prendas (los integrantes que desfilarán por las calles de la provincia) de unos trece diseños distintos. Hiladas y pespuntes que «se rediseñan hasta el último día» y logran la excelencia, como lo hace también la coreografía. Al gran número de horas que cada día se dedica a la elaboración de las carrozas y el vestuario se suman también las dedicadas al baile. Lejos de la nave, en la sede de la asociación, un grupo de integrantes combate el frío bajo el ritmo y el movimiento. Coreografía diseña por Amparo Ropero y Sergio Izquierdo, y que se encargan de poner en escena miembros  de Harúspices como Juan Antonio Caro, quien a sus 23 años deja durante unas horas su profesión de agente inmobiliario para dedicarse estos días al baile, algo que le viene «desde muy pequeño», cuando con tan solo siete años ya empezó a bailar en la peña. Como él, señalan los coreógrafos, «todo el mundo pone ganas e ilusión» para dar paso a la diversión y dejar a un lado las dolorosas agujetas y esas horas de falta de sueño. Todo por el Carnaval, por Harúspices y por ese octavo Arlequín que están seguros que algún día llegará, quizás este año.