Alegría sin campamento

Hilario L. Muñoz
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Los cerca de treinta menores saharauis del programa Vacaciones en Paz finalizan este miércoles sus dos meses de estancia en la comarca de Ciudad Real para emprender el regreso a Tindouf y a la zona de refugiados en Argelia

Despedida a los menores saharauis - Foto: Rueda Villaverde

Está genial la piscina, la feria y todo esto, así como jugar al fútbol con mis amigos. También he viajado a la playa. Estos veranos están muy bien». Este es el resumen de los últimos dos meses que hizo uno de los 28 menores saharauis que han pasado en la comarca de Ciudad Real sus Vacaciones en Paz. El próximo miércoles concluye el programa tras unas semanas en las que han estado lejos de los campamentos de refugiados, en Argelia, donde habitan todo el año y lejos de los 50 grados que se dan en aquella zona del mundo durante estas semanas.  «He visitado Asturias y ciudades del Sur, Denia y he hecho muchos amigos», comentaba una de las menores que ha participado en el programa durante la recepción oficial a los menores y sus familias que se celebró este lunes en el Salón de Plenos municipal.

Cada menor puede pasar hasta tres veranos de su vida en España, desde los 10 a los 12 años, algunos viajan cuatro, si empiezan con nueve años o existe alguna excepción. Por este motivo este martes es para algunas familias la última vez que verán al pequeño que han acogido los últimos años mientras que para otras aún queda la esperanza de que el próximo año volverán a estar con ellos. «Este es mi tercer año y lo vivo con sentimientos encontrados porque el verano ha sido muy feliz pero ahora toca la despedida», explicaba Ángela Toribio, madre de acogida durante los últimos tres años de un pequeño, Omar, que no volverá en Vacaciones en Paz. «Es enriquecedor el proyecto porque ves cómo el niño crece y cada año es una experiencia distinta», argumentaba con la esperanza aún de volver a verlo en un futuro o en otros programas que abren la puerta a estudiar el Bachillerato en España a estos niños.

Durante estos meses, además de las actividades tradicionales dentro de la familia, ha habido algunos encuentros en los que se han reunido todos los menores con el apoyo de la Asociación Madraza, encargada de la gestión de la acogida en la comarca de un programa que tiene el apoyo económico de la Diputación Provincial de Ciudad Real. «Tenemos la suerte de que en Ciudad Real el programa goce de buena salud, aunque es cierto que nos gustaría que tuviera más salud aún, porque el número de niños y de familias ha ido reduciéndose, pero tenemos la esperanza de que año a año vayan viniendo muchos más», explicaba Carlos Díaz, responsable de la organización.

Díaz argumentaba que Vacaciones en Paz es un programa que ayuda a que los menores que residen normalmente en campamentos de refugiados, gracias a la solidaridad, puedan mediante sus viajes a España conocer otras realidades. En este sentido desde Madraza apuntaron que la iniciativa permite no solo evitar el calor del verano a estas cortas edades sino que estos niños y niñas «tengan revisiones médicas más exhaustivas» y unos cuidados imposibles en los campamentos gracias a una segunda familia que «les puede acoger» y les puede aportar que vivan «una infancia de forma más plena».

La alcaldesa accidental de Ciudad Real, Eva María Masías, junto a varios ediles de la Corporación entregó una mochila con material escolar a estos menores entre agradecimientos a las familias por su solidaridad en la acogida de estos menores en la capital.