La orquesta de Xavi

Francisco Ávila (EFE)
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El técnico culé encaja todas las piezas para crear un bloque imbatible lejos del Camp Nou

El egarense ordena a su combinado desde la zona de banquillos. - Foto: Julio Muñoz (EFE)

De área a área, de la vuelta del mejor Marc André ter Stegen a la pegada arriba y de Gavi antes que de Busquets, solo así se puede entender el actual Barça de Xavi Hernández, que no pierde un partido como visitante en LaLiga desde que el de Tarrassa se sienta en el banquillo.

Dos victorias por goleada fuera de casa en este curso y en dos visitas complicadas (0-3 en Sevilla; 1-4 en San Sebastián). La temporada pasada, como visitante, el cuadro azulgrana ganó nueve de los 14 duelos que jugó, los otros cinco los empató.

Pero aquel equipo no tiene nada que ver con el actual. Xavi hizo una lista de deseos y Joan Laporta se los concedió todos menos uno (Bernardo Silva), además, se encontró el Barcelona con una oportunidad única de mercado (Robert Lewandowski), que lo ha cambiado todo.

La escuadra que dirige el técnico catalán poco tiene que ver con los precedentes. ¿Tiquitaca? A veces, pero sin ser fundamentalista, solo así entiende Xavi el juego. Por ejemplo, en los primeros 20 minutos en Nervión, el Sevilla dominó la posesión (61-39) y tuvo las mejores ocasiones, pero en cuanto los blaugranas pudieron correr al espacio, el choque empezó a cambiar de color.

Apareció Ousmane Dembélé con una carrera, Lewandowski puso la nota de calidad elevando el balón por encima del meta y Raphinha el sentido del oportunismo para remachar el rechazo del central hispalense.

En esa jugada se entiende el empecinamiento de entrenador culé con la continuidad del extremo francés, un tipo que no interpreta el estilo posicional, pero que con espacios destroza a cualquiera, aunque después resulta imposible intuir cómo va a finalizar todo.

Esa velocidad adelante y el contragolpe recuerda por momentos, y salvando todas las comparaciones, al equipo de Luis Enrique, cuando Messi, Neymar y Luis Suárez jugaban juntos.

Con el viento a favor y observando el nivel esta temporada de Ter Stegen, el Barça puede soñar. El talón de Aquiles del club, que encajaba demasiados goles, parece que está saturado: un tanto en cuatro enfrentamientos, tres porterías a cero.

Atrás, el preparador de Tarrasa juega con la polivalencia de Eric García, que estrenó su casillero profesional con el Barcelona con una diana, y de Jules Koundé. Ambos demostraron ser capaces de sacar el balón jugado desde atrás con tanta solvencia como se sienten cómodos defendiendo y atacando.

Asistente

En el Sánchez-Pizjuán, Koundé dio dos asistencias de gol. El 0-2 lo inició con un exquisito servicio sobre Lewandowski. Después está la clase del polaco, con un control y un remate sin dejar el balón. En el 0-3, regaló el tanto a Eric García con una asistencia de cabeza.

En el centro del campo, si Sergio Busquets en el Camp Nou parece insustituible, en los compromisos como visitante podría perder protagonismo. Frente al Valladolid, brilló; en Sevilla, sufrió.

La razón es simple. Fuera de casa, este Barcelona es más de Gavi que de Busquets; de recuperación más que de creación; de aguantar y esperar el momento; en eso el joven se mueve como pez en el agua.