Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


La guerra atómica horroriza

28/06/2022

El escritor Antonio Garrigues, en su reflexión sobre las cosas que pasan, escribía mediada la década de los ochenta que los problemas que embargan la atención de la humanidad son los políticos - capitalismo o socialismo-; los económicos, inflación desempleo, inversión reservas etcétera; el terrorismo; el aborto, el cáncer o las enfermedades circulatorias. Son todos ellos problemas reales y graves, pero hay uno mucho más grave, incalculablemente más grave, que es el de la guerra atómica. Si no toda, una gran parte de la humanidad está amenazada de destrucción, de aniquilamiento, y con ello, de la desaparición de los grandes centros urbanos que rigen, mal o bien, pero que rigen el mundo.
Vean lo que se escribía en agosto de 1945 en la mayoría de los rotativos del mundo: Japón ha sido sacudido por un arma hasta ahora desconocida que parece dividir en dos partes la historia de la humanidad: es la bomba atómica. Hace 3 días fue lanzada la primera contra la ciudad de Hiroshima. Hoy la segunda se ha abatido sobre Nagasaki que ha quedado en un estado espantoso. En la primera han muerto 100. 000 personas en su mayoría civiles y otras 20.000 alcanzadas por la radiación morirán pronto tras una cruel agonía, En Nagasaki el número de muertos sobrepasa los 36.000 y el de heridos supera los 40.000. En ambas ciudades, en un amplio radio alrededor del punto cero, no existe ahora el menor signo de vida animal o vegetal. 
La resolución de utilizar la bomba atómica había sido adoptada hace ya tiempo.Un gigantesco relámpago blanco llegó a la tripulación del bombardero, mientras una enorme nube roja en forma de hongo, comenzaba a surgir desde el lugar de la explosión, que se había convertido en una especie de horno que abarcaba un perímetro de 4 kilómetros a la redonda y dentro del cual los muros se derrumbaban. De ese horno surgía un viento que avanzaba a más de 1.200 km/h. La radiación nuclear había destruido todo el signo de vida en un radio de 1 kilómetro. 
El Gobierno japonés supo de inmediato que era una bomba de nuevo tipo, dotada de un poder destructor sin parangón alguno. El mayor dispositivo de muerte de la historia estaba ya ensayado de manera fulminante. A mediodía de hoy, 9 de agosto del año en curso, la segunda bomba atómica estalló sobre la ciudad de Nagasaki situada en el fondo de un valle. La ola de fuego no se ha extendido tanto como en Hiroshima, pero la mayor parte de la ciudad ha caído pulverizada. Los primeros socorristas que han conseguido acercarse al lugar han encontrado seres desollados vivos, condenados a una muerte espantosa. 
Ahora los estados con la bomba atómica entre su arsenal bélico son numerosos. Algunos amenazan con ponerlas otra vez en uso para conquistar la paz. Dicen que las bombas nucleares almacenadas son la milésima parte de las empleadas en el relato apocalíptico nipón. El empleo de bombas atómicas sería el final de la Historia. Horror. Luces cortas y largas para la OTAN. Nos harán falta Y en esas estamos.