"Hace falta promocionar la llegada del talento a la industria"

Ana Pobes
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Llegó hace ahora 14 años a Daimiel para dirigir la planta que la empresa danesa instaló en la localidad para el desarrollo de la industria eólica en España apostando por la innovación y el empleo

"Hace falta promocionar la llegada del talento a la industria" - Foto: Tomás Fernández de Moya

La Tribuna arranca una serie de entrevistas con varias de las grandes empresas de la provincia en un momento clave de la economía nacional e internacional. Y cómo esos efectos pueden repercutir en el empleo y las inversiones en Ciudad Real. Se arranca estas conversaciones con una de las empresas tractoras de la industria: Vestas. Su director, Roberto Meiriño, natural de Zaragoza, llegó hace ahora 14 años a Daimiel para dirigir la planta que la empresa danesa instaló en la localidad para el desarrollo de la industria eólica en España, apostando por la innovación y el empleo. Por aquel entonces, en 2008, Daimiel celebraba la llegada de Vestas con una fábrica de palas de 44 metros (modelo V90) y 500 empleos directos, ahora cuenta con 1.150 trabajadores y sigue creciendo con nuevas líneas de producción.   

La economía en 2022 está continuamente en un proceso de incertidumbre ante multitud de factores. ¿Cómo le afecta a una planta de fabricación de palas y aerogeneradores?

Ha sido un año estable para Vestas Daimiel, pero bien es verdad que se ha rebajado la capacidad de producción alrededor de un tercio en comparación a otros años más o menos normales. Venimos de varios años complicados, y se confiaba que éste fuera la salida del hoyo, pero factores como el incremento de los costes y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania han tenido un impacto inmediato en el tema energético, ya que nuestra factura del mes pasado ha sido un 40% más del presupuesto que estaba previsto para este año.

 

¿Qué ventajas competitivas puede tener una industria de este tipo en una provincia como Ciudad Real? 

En Castilla-La Mancha, sobre todo en la parte de nuestra provincia, todo lo que ha pesado ha sido el sector agroalimentario, por lo que no hay duda de que empresas grandes como Vestas Daimiel ayudan al impulsar el sector industrial. 

¿Y cuáles son las carencias y problemáticas? 

A pesar de tener una universidad fuerte y potente, cuesta encontrar ciertos perfiles para trabajar. Fiel reflejo de ello es que llevamos más de un año buscando un técnico de prevención. Hay ciertas posiciones que   cuestan cubrir, por lo que el hecho de que llegaran más empresas sería un atractivo para que más gente viniera a desarrollar su vida profesional a esta tierra. Hacer palas no se enseña específicamente ni en la universidad ni en el colegio, por lo que falta esa cultura y experiencia industrial, es decir, conocer cómo se trabaja en la industria, los riesgos en el sector y las actividades puramente industriales con máquinas de alta tecnología. Vestas lleva ya 14 años en Daimiel, y los que empezaron con nosotros como los que se han ido incorporando hacen un proceso formativo, que como todo seguramente es mejorable. 

Entonces, Ciudad Real, al ser una provincia ligada al sector agroalimentario, ¿se olvida a veces de la importancia de industrias como la planta de Vestas?

Creo que lo que falta es promocionar y promover la llegada de talento al sector. Y desde la compañía se está valorando implantar una especie de módulo formativo, es decir, un certificado de formación validado por la propia empresa y que dé una capacitación con el objetivo de que todas esas personas que hayan hecho esa formación tengan una preparación previa en el sector para poder trabajar no solo en Vestas sino también en cualquier otra fábrica. Se está trabajando ya con una empresa para instalar y llevar a cabo el programa.    

 

¿Existe apoyo suficiente en el sector por parte de la Administración?

Sin ser crítico, creo que las líneas de ayudas como las que llegarán de la Unión Europea suelen ser bastante complejas en relación a lo que una empresa puede presentar para beneficiarse de esas subvenciones y poder favorecer así a que el sector siga funcionando. En muchas ocasiones, los requisitos son muy difíciles de cumplir. 

 

Habla de ayudas europeas. ¿Han solicitado o le han concedido ayudas de los fondos Next Generation?

No. Desde que dejamos de ser mediana empresa, hace ya al menos díez años, no tenemos acceso a ninguna subvención porque ya pasamos a ser una empresa grande, y estas tienen ya pocas ayudas al depender del número de empleados. En 2013, éramos una entidad legal independiente y se decidió, quizás por temas fiscales, que todas las entidades se convirtieran en centros de trabajo de una misma entidad, por lo que pasamos a tener más de 2.000 trabajadores y dejamos ser mediana-pequeña empresa.

 

¿Las energías renovables son presente o son futuro? 

Son presente y son futuro. De hecho en el mix energético, uno de los efectos que está yendo en contra de que se regule el precio a la baja es que precisamente no está soplando el viento y hace mucho calor, por lo que las placas no están rindiendo a su máxima capacidad, y lo que hace la renovable es abaratar la energía. Y a futuro, quizás debido a esta situación, se alargue el boom que iba a ver en 2024 de los parques eólicos en el mar. 

 

La moda ahora es la fotovoltaica y el hidrógeno verde. ¿No hay más posibilidades de instalación de energía eólica en la provincia?   

No lo sé, seguro que alguna posibilidad habría pero los proyectos rentables en sitios buenos de zonas de aire, está casi todo instalado en España. Obviamente hay sitios donde instalar parques, pero casi todos los proyectos que están parados en nuestro país es por un tema de impacto medio ambiental, y a la velocidad que va la Administración en algunos aspectos el proyecto puede ser eterno si se añade además algún legalismo. De hecho, uno de los compromisos del Gobierno es agilizar los plazos de esos trámites. No creo que en los próximos años veamos nuevas instalaciones eólicas en la provincia, pues que España sea uno de los países de Europa que pague más barato el megavatio que sale en una subasta tampoco ayuda.   

 

¿Cuáles son las previsiones económicas que manejan de cara a la segunda mitad del año y del próximo 2023? 

La segunda mitad del año vendrá marcada por el modelo V136, ese será el enfoque principal porque será un poco preparatorio de cara a lo que vendrá en 2023. Ya sabemos que el año que viene tenemos trabajo, por lo que esperamos que haya un crecimiento a nivel de números de producción, y si eso se plasma en realidad, pues será un año mejor que este si no viene otra incertidumbre, pues en los últimos tres años estamos teniendo una sorpresa cada cuatro o cinco meses. Y esa incertidumbre, en el negocio general, genera ralentización de tomas de decisiones como se está viendo ya en otros sectores como la construcción, donde se sabe que si los precios se incrementan un 15 ó 20% no se van a vender las viviendas. Haciendo un símil, muchos son los proyectos que están a la espera de ver cómo van evolucionando factores como la subida de los combustibles. 

 

Vestas Mediterránea no cerró el primer trimestre de 2022 con muy buenos resultados. ¿Cuáles fueron los motivos?    

Básicamente la situación global. En aquel momento, Vestas Mediterránea llevaba toda la franja mediterránea, Francia, sur de Europa y Sudáfrica, por lo que el coste de transporte no ha ayudado en este tema.  

La producción de la pala V150, una de las más grandes del mundo, y los segmentos para aerogeneradores. ¿Son los proyectos claves de Vestas Daimiel?

Ahora mismo, sí. Aunque después del verano llegará un modelo que ya existe pero en el que se ha hecho alguna modificación técnica y que pasará a llamarse V136 MLU. Este va a ser nuestro mayor reto en los próximos meses, ya que se espera una mayor demanda el año que viene.  El nuevo proyecto se unirá a las líneas de producción de los modelos V126, V150 y EnVentus V150, actualmente fabricados en la planta.

¿La llegada de este modelo impulsará la creación de empleo?

La idea es que sí. Con este modelo, lo que vamos a hacer es que lo que antes se traía de China, ahora se fabricará aquí por el tema de los costes. Aunque el plan del año que viene aún no está confirmado, la perspectiva actual es que la llegada de esta pala repercuta en la generación de nuevos puestos de trabajo. Sin olvidar el impacto positivo que este crecimiento tendrán también en todos esos empleos indirectos y en esas empresas que tanto a nivel local como nacional trabajan con nosotros en aspectos, por ejemplo, como una mayor demanda de equipos de protección, materiales, herramientas, …    

¿Cuáles son los planes de Vestas Daimiel para los próximos años?    

El fuerte de 2023 será el modelo V136, sin olvidar lo que llegue de la V150, mientras de cara a 2024 aspiramos a la recibir la siguiente generación de palas. 

¿La competencia china y de otras partes del mundo puede poner en peligro la competitividad de la fábrica en Daimiel?    

Ya hemos estado años con eso, y aquí estamos. Seguimos siendo competitivos y hemos entregado proyectos en el norte de Europa, que era nuestro core (centro) a nivel de exportación de producto y donde China era como mucho igual de coste, por lo que ya no hay interés en traerse de allí el producto. Somos competitivos en la costa oeste de Estados Unidos, incluso con las fábricas en América, por lo que lo que se trata es de mejorar esa competitividad.