Clases para romper la brecha digital

Hilario L. Muñoz
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EAPN forma en aspectos claves de informática y competencias a más de medio millar de ciudadrealeños en situación de vulnerabilidad

Una usuaria en la asociación Fuensanta, donde se imparte el curso en la actualidad. - Foto: LT

La Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y Exclusión Social en Castilla-La Mancha (EAPN-CLM) busca que 2.800 personas de Castilla-La Mancha en situación de vulnerabilidad rompan una brecha más de la pobreza o la discapacidad y tengan competencias digitales desde la que formarse y dialogar con la administración. Se trata de una iniciativa que comenzó hace unas semanas, impulsada por los fondos Next Generation EU y auspiciada por la Dirección General de Integración Social de la Junta de Comunidades, con una inversión de 3,6 millones de euros.

En la provincia se trabaja en más de 20 municipios, incluida la capital, y la intención es tener una mayor incidencia en zonas de intensa y extrema despoblación. Por el momento se han formado 387 alumnos con clases impartidas en asociaciones como la Fundación Ceres, Fuensanta, Laborvalía, Movimiento por la Paz y Geoalternativa. «Todas ellas trabajan con personas en situación de vulnerabilidad o de discapacidad, quienes forman parte de nuestro objetivo», explicó la coordinadora del proyecto, Irene Denia Rincón. El objetivo es llegar a medio millar al acabar el año, aunque el proyecto continuará hasta septiembre de 2023, lo que muestra la importancia de Ciudad Real en esta iniciativa.

La propuesta surge tras el coronavirus, donde se comprobó la importancia de tener competencias digitales a la hora de las clases o solicitar ayudas. En este sentido, lo primero es «aprender a crear una cuenta de correo electrónico» y solicitar el programa Clave, con el que poder tener una personalidad digital. A partir de ahí se aprenden aspectos como solicitar una cita médica o abrir una cuenta bancaria. Necesidades del día a día, y básicas para evitar que la brecha digital, sea una más de las brechas que hay en personas en situación de pobreza. «Todos esos trámites se aprenden», dijo Denia, quien recordó que las entidades pueden solicitar esta formación que se imparte durante 50 horas para sus integrantes.  

La coordinadora señaló que la iniciativa plantea una adaptación de la formación a los alumnos con discapacidad, pero no en los contenidos, porque solicitar una cita para el médico es igual para una persona con discapacidad que en situación de pobreza. Junto a las clases, el proyecto conlleva una donación de un ordenador en aquellos casos donde se necesite y siempre que cumpla unos requisitos, como asistir al cien por cien de la formación.  

La coordinadora recordó que no se trata solo de ofrecer competencias digitales a estas personas, sino de aumentar su «autoestima» y «la valoración» que tienen de ellas mismas. «Quedan contentos y la alegría es inmensa» cuando acaban estos cursos porque «han superado una barrera que es la digitalización».