El Mundial de Fútbol que se celebra en Catar está en plena efervescencia con un calendario que acaba con la final el próximo 18 de diciembre. 
España quiere alcanzar su segunda estrella para estamparla en su camiseta y está a punto de pasar a octavos de final, si vence o empata con Japón pasado mañana. El que relata estas líneas ha tenido la suerte de conocer y tratar en varias ocasiones con seleccionadores de fútbol y comentar con ellos algunas de las circunstancias y anécdotas en las que se vieron implicados. 
Los dos fueron personajes conocidos en el mundo balompédico, don Pedro Escartín y don Miguel Muñoz. Al primero le conocí en una  cafetería madrileña situada al lado del Hotel Nacional, frente al scalextric de Atocha que distribuía el tráfico en todas direcciones, donde me hospedaba cuando acudía a exámenes de periodismo en Madrid. Desayunaba todos los días laborables en ese lugar.  Era una personalidad afable y buen charlista. Contaba las peripecias por las que pasó para redactar un auténtico reglamento de fútbol, amparado en las reglas para los árbitros de los que fue santo y seña de los colegiales españoles. 
Nos citamos varias veces a la hora del desayuno en la citada cafetería y cada año teníamos una  nueva cita. Unas veces relataba sus andanzas como árbitro de fútbol, otras era el comentario  del final de Liga y Copa y  anécdotas sucedidas cuando fue seleccionador de fútbol en la década de los años sesenta del pasado siglo. 
Nos refirió  emocionado que España, con las figuras que llevó al Mundial de Chile 62, pudo alzarse con el campeonato, pero no hubo forma de armonizar aquellas estrellas de relumbrón mundial como fueron Di Stéfano, Kubala o Del Sol. Para clasificarse  jugó España contra Marruecos. Fue un partido durísimo y volvieron de Casablanca con  la mayoría del equipo tocado, nos dieron palos desde el primer minuto de juego -explicaba Escartín- hasta el último, ganamos por 1-0. El genial Di Stéfano dio en la diana de aquella batalla campal, «parecía que volvíamos de las Cruzadas». 
El segundo seleccionador al que conocimos fue a don Miguel Muñoz Primero como entrenador del Real Madrid, cuando el equipo blanco acudió a jugar el Trofeo Carranza en Cádiz, y acordamos con él una entrevista en el Hotel- Parador de la Tacita de Plata . La anécdota que aquí viene a cuento, procede de cuando Miguel Muñoz era seleccionador de España y Pablo Porta, presidente de la Federación Española de Fútbol, soltó la frase de que M.M era distinguido por la suerte, porque «tenía una floren en el culo», que un periodista la sacó a colación, tras la sorprendente victoria de España ante Alemania en la Eurocopa de 1984, gol en el descuento  del defensa Maceda. Era en la cena de la celebración del éxito. El seleccionador se descolgó con una afirmación jocosa y castiza que llevó la hilaridad de los presentes. España, campeona del Mundo en 2010, con un gol del castellano-manchego Andrés Iniesta, que fue una auténtica alegría en aquellos momentos de profunda crisis económica. España fue el equipo que más tiempo tuvo el balón . La hazaña puede repetirse. Y en esas estamos.