Ciudad Real capital lleva dos legislaturas reduciendo el tipo impositivo del impuesto de bienes inmuebles, el IBI o la contribución, sin que esto haya alterado su relación con el resto de municipios de España. Entonces era la cuarta capital con el tipo de IBI más caro y así acabará también la presente legislatura. Del 0,92 que había en 2015, cuando hubo cambio de Gobierno en el PSOE, al 0,78 con el que se cierra la legislatura, van catorce puntos, sin que haya variado esa posición. De hecho, en 2023 se iguala a las que se encontraban en quinta y sexta posición, Huelva y Huesca, donde el tipo se sitúa también en el 0,78 que se aplicará el próximo año. Los datos se hacen públicos cada año desde el Ministerio de Hacienda y marcan que Gerona, Lérida y Tarragona son las tres provincias con el tipo impositivo más caro. Si se atiende a su relación con los municipios mayores de 50.000 habitantes, Ciudad Real se encuentra en vigésima posición.
Si se compara con el resto de la región, Ciudad Real tiene el IBI mucho más alto. En Albacete el tipo impositivo está a 0,446; en Cuenca a 0,600; en Guadalajara a 0,460 y en Toledo a 0,440.
En la comparativa con la provincia de Ciudad Real, la capital bajará este año una posición, situándose como quinta, con ese 0,78, el mismo coeficiente que se aplicará en 2023 en Miguelturra. El puesto lo gana Valdepeñas, que mantiene el 0,79. San Carlos del Valle, 0,85 (en 2022); Alcubillas (0,83 el mismo año) y Cabezarados (0,8, el año pasado también), encabezan este ránking. En la parte baja de la provincia hay seis municipios que tienen el tipo mínimo de IBI, el 0,4, se trata de Caracuel de Calatrava, Las Labores, Puebla de Don Rodrigo, Retuerta del Bullaque, Villanueva de la Fuente y Villar del Pozo. En ninguna de estas localidades este impuesto podría ser más bajo.
impacto de la reducción. Una de las claves de la contribución es la valoración catastral, el valor de los inmuebles, sobre las que se aplica el tipo impositivo, y que en el caso de Ciudad Real es del año 2012, cuando en el resto de capitales con el IBI más caro o igual al que habrá en 2023 son de antes del boom inmobiliario, de principios de siglo. En este sentido, es clave que no se haya pedido una nueva revisión catastral, ya que el último incremento de las viviendas se aplicó en una década, aumentando cada año. Al no haber una nueva revisión, cualquier rebaja del IBI tendrá impacto en el recibo, reduciendo el importe a pagar por los vecinos, algo que hasta ahora no había ocurrido.
Esta situación se ha notado este año en que se ha pasado de 27.592.230 euros que se pusieron al cobro en 2021 a 26.589.894 euros de este año. Se ha recaudado casi un millón menos por la reducción del tipo impositivo, pese a que se emitieron más recibos, 75.120 el pasado año, cuando el anterior fueron 73.534.
El impuesto de bienes inmuebles es el único impuesto que cambiará el próximo año en la capital, según ha anunciado la Concejalía de Hacienda, aunque hay tasas, como la del estacionamiento regulada, que se tocarán al alza o los autobuses urbanos, cuyo precio se reducirá a la mitad.