Sonsoles Arnao

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8 de marzo. Viva la lucha de las Mujeres

08/03/2021

Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Día Mundial de la Mujer. Día de las Mujeres. Las diferentes denominaciones responden a diferentes momentos y contextos históricos, y a la interseccionalidad. No hay un solo suceso, ni una sola fecha que explique el origen de este día, pero sí hay un mes, marzo, en el que sucedieron diferentes acontecimientos: la revuelta ‘Pan y Rosas’ de las trabajadoras textiles en Nueva York en 1857, huelga de camiseras en 1909, el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911, en la que murieron 123 mujeres y 23 hombres, la mayoría jóvenes inmigrantes. La 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas de 1910 o la cumbre de Copenhague de 1911. Y también hay unos motivos, que no deberíamos olvidar. Los antecedentes y el fundamento del 8 de marzo, están ligados a la lucha por los derechos laborales, sociales y políticos de las mujeres. Huelgas para reducir la jornada laboral, eliminar el trabajo infantil, salubridad e higiene en fábricas, tiempos de descanso, acceso a la educación, a la participación política y el derecho al voto.
La interseccionalidad. Un concepto trabajado desde el feminismo teórico y académico que ha saltado al movimiento y al discurso social recientemente. Básicamente quiere decir, que la opresión y desigualdades propias de las mujeres están atravesadas e interrelacionadas por diferentes categorías de discriminación y desigualdad. Es decir, que además de sufrir discriminación por ser mujer, se añade la desigualdad de clase, ser pobre, precaria, ser negra, indígena, gitana, ser lesbiana, transexual. Entender el feminismo actual requiere asumir la perspectiva de que la desigualdad y discriminación opera como un modelo sistémico de desigualdades cruzadas, que influyen unas sobre otras y por tanto, sobre las que hay que actuar, sin olvidar o postergar unas u otras.
Hoy, 8 de marzo del 2021, y viviendo una pandemia que se ha llevado por delante la vida de millones de personas, quiero recordar que millones de mujeres a lo largo de siglos de lucha por la igualdad, vienen poniendo sus cuerpos y sus vidas para parar la pandemia del machismo. Que la pobreza, precariedad y el desempleo tienen rostro de mujer, que nos pagan menos salario por ser mujer, que nos asesinan, violan y acosan por ser mujeres, que nos señalan y estigmatizan por querer ser mujer y tener un cuerpo de hombre, o por amar a otra mujer. Que las tareas del cuidado, infravaloradas, siguen siendo ejercidas mayoritariamente por las mujeres. Que se venden y se esclavizan sexualmente a las mujeres y niñas. Que siguen ardiendo fábricas y talleres textiles llenos de mujeres trabajadores en condiciones de esclavitud. Que se exigen mujeres pobres, inmigrantes y con hijos para recolectar la fresa en nuestro país, a las que se les impide hablar o escuchar música mientras trabajan, y viven en campamentos de chabolas de madera y plástico.
Hoy no es un día festivo, aunque las mujeres no perdamos la esperanza ni la alegría para reivindicar nuestros derechos. Hoy, el gobierno más progresista ha prohibido las manifestaciones en Madrid. No se han prohibido manifestaciones por la concertada, por la sanidad pública, de conspiranoicos contra la pandemia, de nazis por la División Azul, mítines de Vox, caceroladas por la unidad de España y contra el gobierno, ni conciertos de Raphael ni besapiés al cristo de Medinaceli. Los ataques furibundos a este día y el paternalismo con el que se nos dice qué debemos o no debemos hacer las mujeres en este día, nos revela la vigencia, importancia y motivos por los que seguir conmemorando el 8 de marzo como el día de lucha por la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres.