La alcaldesa de Puertollano, Isabel Rodríguez, ha agradecido el extraordinario trabajo de los profesionales sanitarios en la pandemia durante la visita al mural realizado en el Hospital Santa Bárbara por personas con discapacidad intelectual de Laborvalía y de la Fundación Fuente Agria. “Un gracias por todo”, dijo la  alcaldesa, Isabel Rodríguez, con el que también se ha sumado a reconocer a los profesionales de los centros sanitarios de Puertollano, desde los médicos al personal de limpieza, y a la Fundación Fuente Agria, que han hecho un trabajo extraordinario en momentos de mucha dificultad con personas que necesitan un trato muy distinto más cercano y más próximo. “Cada uno ha tratado de hacerlo lo mejor posible en esta situación y ha habido una buena respuesta sanitaria y una buena coordinación y el capital humano que se pone de relieve”. En este sentido, el director gerente de atención integrada de Puertollano, Cesáreo Peco, afirmó que han hecho su trabajo con dedicación y “cuando los trabajadores sanitarios tienen que dar la talla ahí están”. Un agradecimiento que particularizó en la alergóloga Pilar Mur, que es la que asumió la responsabilidad de atención a los usuarios de la Fundación Fuente Agria en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes que necesitaban cuidados. Una atención que después se responsabilizaron los profesionales del Centro de Salud 2  que “cumplieron con las expectativas”, señaló Peco.

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Un mural que partió del trabajo pictórico de Antonio Cano, enfermero de paliativos del Hospital Santa Bárbara, que refleja a una superheroina que se coloca los guantes y su bata sanitaria al viento. Una serie de personajes que había iniciado durante el confinamiento en ratos libres “para distraer la mente y de todo lo que veíamos en el día a día del trabajo lo iba volcando por las tardes y noches, me sentaba en el ordenador a dibujar y lo compartía en redes sociales”.  mural no solo se reconoce a través de esa superheroina la labor de los profesionales sanitarios, sino que también el sentir de lo que habían pasado durante la pandemia las personas con discapacidad intelectual y sobre todo de “haberles quitado una parte importantes, que es el contacto”, subrayó Alfonso Gutiérrez, gerente de Laborvalía. Ni las mascarillas ni las pantallas podían evitar el enorme cariño y el valor emocional que ellos aportan en las relaciones personales, reconoce Gutiérrez.