La gestión del tiempo, la clave de la eficiencia

Carlos cuesta (spc)
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El nuevo modelo empresarial basado en modernos sistemas de digitalización y robotización plantea cambios empresariales que incluyen reducir la jornada a 32 horas semanales manteniendo los salarios y la productividad

La gestión del tiempo, la clave de la eficiencia

En un contexto en el que las empresas analizan cada detalle que interviene en el proceso productivo para reducir los costes al máximo y optimizar la rentabilidad, la gestión del tiempo eficientemente es, sin duda, uno de los factores esenciales que marcan la competitividad para liderar el mercado en el que desarrollan su actividad.

La realidad laboral del día a día ha avanzado mucho en las últimas décadas y está ya muy acotada legalmente, tanto por los estatutos y los convenios de los trabajadores que establecen con claridad aspectos fundamentales como por una limitación legal de la jornada máxima, la distribución de los horarios, los tiempos de descanso, así como la garantía de los días libres o, incluso, los períodos de vacaciones.

Todo está plenamente legislado en España y también a través de las directivas comunitarias. Los ordenamientos laborales europeos y nacionales están transformando la regulación del tiempo de trabajo mediante fórmulas revolucionarias que atienden a  factores organizativos y productivos en los que, además, se respetan necesidades como la conciliación familiar y las situaciones coyunturales y estructurales del modelo empresarial de cada sistema productivo.

En este escenario, el Banco de España apuntó que los sectores que están mejor valorados en cuanto a rentabilidad por hora trabajada, productividad y resilencia son las actividades de información y comunicación dedicados a programación, consultoría y otras actividades informáticas. Le siguen los servicios de investigación y desarrollo, las ramas financieras y de seguros, así como las actividades profesionales científicas y técnicas, ?entre las que se encuentran el diseño especializado y la fotografía.

El análisis del supervisor da mucha importancia a estos sectores puesto que el peso que representan sobre el Valor Agregado Bruto (VAB) en la economía nacional es de un 12,6%, frente al 15,1%, 17,4% y 22,5% de Alemania, Francia y Estados Unidos, respectivamente.

En el ranking de los más productivos, según un informe elaborado por la consultora Expert Market, están los países en los que se trabajan menos horas, pero con una mejor gestión del tiempo y una mayor cualificación de sus profesionales.

En este debate, los expertos en recursos humanos hacen hincapié en una conclusión muy interesante sobre el mercado laboral que destaca que los empleados más productivos trabajan solo tres horas al día, lo que apoya las tesis de las organizaciones que reducen su jornada a cuatro días a la semana. Los resultados valoran también las ventajas de este sistema tanto en el incremento de la calidad y cantidad de las tareas realizadas por los empleados como el aumento de su propio bienestar.

En España, la idea de reducir la jornada laboral a 32 horas a la semana sin pérdida del poder adquisitivo se afronta con cierto escepticismo desde la patronal, aunque con el beneplácito de los sindicatos.

UGT defiende esta reforma ante el auge que tiene la robótica en el tejido productivo cuyo resultado, según denuncia, es de un mayor desempeño de actividad automatizada y una alta precarización de las condiciones laborales humanas.

Ante esta realidad, el Gobierno está decidido a impulsar la reducción de la jornada a 32 horas semanales y, para ello, propone ayudas de hasta 150.000 euros para incentivar a las pymes industriales que recorten la jornada de sus trabajadores como mínimo en un 10% durante 24 meses, sin reducir el sueldo.

El proyecto piloto que, en principio, convence al 62% de los trabajadores españoles, cuenta con 10 millones de euros y se espera que beneficie en un primer momento a unas 70 compañías y que cumpla como desafíos principales la mejora de la productividad, la conciliación laboral, la igualdad de oportunidades y la salud física y mental de los operarios.

Finalmente, la iniciativa del Ejecutivo se plantea para financiar de forma parcial los costes salariales de los trabajadores que se sumen a la reducción de la jornada, así como los gastos de formación relativa a la optimización del tiempo de trabajo, los de colaboraciones externas o los de personal interno necesarios para el diseño de nuevos procesos.