«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros»

A. Criado
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La Casa de la Ciudad acoge los viernes por la tarde clases de danza inclusiva, un proyecto europeo impulsado por Oretania Ciudad Real

Los bailes se adaptan a las capacidades de cada uno de los participantes - Foto: Tomás Fernández de Moya

La Casa de la Ciudad acoge los viernes por la tarde clases de danza inclusiva, un proyecto impulsado por Oretania Ciudad Real y cofinanciado por el programa Erasmus + de la Unión Europea. Se trata de una actividad de ocio y entretenimiento que aporta también importantes beneficios físicos y mentales. El profesor Javi León prepara cada semana diferentes dinámicas y utiliza para ello pañuelos, globos, juegos y bailes muy variados, adaptados a las capacidades de cada uno de los participantes. No todos cuentan con la misma movilidad, pero sí tienen algo en común: una sonrisa de oreja a oreja durante las dos horas que dura cada sesión.

«El objetivo es que dejen sus problemas en la puerta durante unas horas y se lo pasen bien», explica Javi León para remarcar que algunos de los participantes no pueden reprimir las lágrimas el primer día por la emoción. «Me dicen que no habían bailado en su vida, ni antes de perder la movilidad por accidente o enfermedad, y que ya pensaban que nunca lo harían. Es muy gratificante tanto para ellos como para mí», apostilla.

Ciri del Campo, presidenta de la asociación Ciudad Accesible, es una asidua a las clases de danza inclusiva: «Es una actividad muy positiva a nivel físico y mental, nos da ánimos para poder juntarnos y ayudarnos unos a otros con los bailes y los ejercicios». Reconoce que, tras el encierro obligado por la COVID-19, tenían «ansias de salir, juntarnos y reírnos». «Hemos vivido un tiempo oscuro, pero aquí empezamos a brillar», afirma para reclamar a las administraciones un paso más en sus políticas de accesibilidad en lo que al ocio y la cultura se refiere, donde siguen encontrando muchos obstáculos.

Danza inclusiva en la Casa de la CiudadDanza inclusiva en la Casa de la Ciudad - Foto: Tomás Fernández de MoyaCristina González, responsable de proyectos europeos de Oretania, considera que en el ámbito de la accesibilidad «no estamos tan mal como pensamos en España». «Afortunadamente, día a día vamos mejorando y se tiene más en cuenta, al menos la física; respecto a la universal nos queda un poco más trabajo por delante», enfatiza. Explica que 'Unión diversa para la danza inclusiva' es un proyecto de buenas prácticas para estimular la conciencia europea, sensibilizar sobre la inclusión y capacitar a las personas de las generaciones actuales y futuras para promover el arte inclusivo, dotando a jóvenes y adultos de las herramientas y competencias necesarias para encontrar soluciones creativas e innovadoras a través del baile inclusivo, que les permitan hacer frente a retos y riesgos sociales.

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«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros»
«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros» - Foto: Tomás Fernández de Moya
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«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros» - Foto: Tomás Fernández de Moya
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«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros» - Foto: Tomás Fernández de Moya
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«Empezamos a brillar tras tiempos oscuros» - Foto: Tomás Fernández de Moya

Además de Oretania, en este proyecto participan las asociaciones europeas Décalage (Bélgica), Society in Progress (Grecia) e Inclusion Go (Italia) y está entroncado con otro del Cuerpo Europeo de Solidaridad sobre voluntariado, en el que están tomando parte jóvenes procedentes de Albania, Alemania, Austria y Francia, además de otra joven italiana que se encarga de la educación física con personas con movilidad reducida. «Después de haber estado encerrados por la pandemia, esta interacción social es magnífica», subraya Cristina González, que hace hincapié en que «todos los ciudadanos tenemos derecho a desconectar del día a día de la semana para evadirte, relajarte y bailar, aunque no sea tan común entre las personas con movilidad reducida».