El precio de los carburantes sube «fuera de lo normal»

R. ch.
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La gasolina se ha encarecido más de un 15% en la provincia en medio año y el gasóleo marca subidas de casi el 13 por ciento

Un cliente reposta en una gasolinera de Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El precio de los carburantes se ha disparado en la primera mitad del año y ayer tocaba máximos: la gasolina de 95 costaba, de media, en Ciudad Real, 1,371 euros por litro, mientras que el gasóleo habitual salía por 1,226 euros. Echar un litro de gasolina, allá por el mes de enero, era un 15% más barato de lo que es ahora y si es de diésel, ayer era casi un 13 por ciento más caro que a inicios de año.

El levantamiento de las medidas de restricciones a la movilidad ha coincidido con un alza de los precios de los combustibles que empieza a afectar ya al bolsillo de los conductores. El IPC ya ponía sobre la pista: el grupo de la utilización de vehículos personales es el segundo que más se ha encarecido en lo que va de año, solo por detrás de la factura de la luz y el gas. Los surtidores de las gasolineras confirman un incremento de precios que en la asociación provincial de estaciones de servicio entienden que «está fuera de lo normal».

Así lo explica a La Tribuna el presidente de la patronal provincial de las estaciones de servicio, Francisco Molina. En un momento en el que el consumo estaba repuntando, a las puertas de un verano «en el que se ven las ganas de la gente por salir y viajar, el Gobierno ha decidido gravar los impuestos, la medida más sencilla», indica Molina, que habla de unos precios que no se registraban desde hace «al menos cuatro o cinco años». En España, el litro de gasolina se pagaba la pasada semana a una media de 1,37 euros, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Es más de un 20% más cara que el año pasado por estas fechas, cuando la demanda aún seguía lastrada por la debilidad económica que trajo el coronavirus. Sin embargo, lo que cuestan ahora los carburantes es también más caro de lo que valían en 2019, cuando nadie imaginaba el impacto que el COVID-19 iba a tener en el día a día. «Hay molestia en el sector», explica Francisco Molina, que añade que las estaciones de servicio no se benefician de esa subida de precios, «más bien al contrario, somos comisionistas y comprar los carburantes nos cuesta también más caro a nosotros, tienes que invertir entre 40.000 y 50.000 euros más diariamente».

La recuperación de los tráficos y los desplazamientos tras un año de pandemia está aumentando la demanda, que a su vez tira de las tarifas que viene condicionada por la carga impositiva que soportan los carburantes. En Ciudad Real, según los últimos datos oficiales del Ministerio de Transición Ecológica, de cada euro que se paga por un litro de gasolina, 53 céntimos son impuestos y en el gasóleo, la proporción llega a justo la mitad.