Casi la mitad de los autónomos cerró o bajaron sus ingresos

D. M.
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ATA reclama que las prestaciones se extiendan más allá del 30 de septiembre, no tanto por sectores sino por aquellos negocios que acrediten un descenso de ingresos del 75%

Casi la mitad de los autónomos cerró o bajaron sus ingresos - Foto: Tomás Fernández de Moya

El COVID-19 golpeó de manera inexorable a toda la sociedad y a todos los sectores económicos pero especialmente a los autónomos, base de la economía española y generadora de buena parte del empleo y la riqueza en el país y, más en concreto, en los pequeños territorios. Según los últimos datos aportados por la Asociación de Mutuas de España, de media, la mitad de los pequeños negocios o bien cerraron por cese de actividad o la reducción de ingresos superó el 75 por ciento. Así se desprende de las prestaciones solicitadas al Ministerio de Trabajo por parte de más de 16.000 autónomos de un total de 34.552 de la provincia de Ciudad Real. Más de un 47 por ciento solicitó esta ayuda en los cuatro pagos sucesivos que ha habido desde el inicio del decreto de estado de alarma, allá por mediados de marzo, hasta finales de junio. En total, han sido 39 millones de euros los que ha recibido la provincia de Ciudad Real para mantener el empleo de un segmento clave en generar mano de obra.

«El 90% de los autónomos ha retomado su actividad», aclara José Luis Perea, portavoz de ATA en Castilla-La Mancha. Bien porque «es obligatorio estar dado de alta para recibir las prestaciones o bien porque han reiniciado sus negocios aunque sea con dificultades». Sin embargo, para Perea, lo realmente complicado está por llegar. El Gobierno ha prolongado estas ayudas hasta finales de septiembre al entender que «es necesario extender la red de protección» pero y «después qué», se pregunta Perea ante la posibilidad de que a inicios de octubre haya «un bajón importante». Desde ATA, calculan que entre el 10 y el 12 por ciento de los autónomos no llegará a final de año. De ahí su insistencia de que esta protección se prolongue hasta el 31 de diciembre: «Muchos sectores están realmente perjudicados, como los vinculados a la época estival, feriantes, empresas de audiovisuales y de conciertos, los relacionados con el ocio y los juegos infantiles, la hostelería y el turismo», apunta el responsable de ATA.

En definitiva, casi la mitad del colectivo ha tenido que recurrir a una ayuda estatal para poder sobrevivir en un escenario todavía de gran incertidumbre y que no acaba de convencer a los pequeños empresarios: «Ojalá que el verano no venga tan mal como lo auguramos y recuperemos parte de lo perdido estos meses atrás» pero todo dependerá de cómo se comporte el virus en estos próximos meses y si se volverá a un confinamiento total, una posibilidad que echaría por tierra todo lo ganado.

Perea reconoce que las ayudas de la Junta, con un fondo de 80 millones de euros y solicitada por 11.4000 empresarios, aunque «han llegado tarde» vienen a reforzar esa «red de protección». Se consiguió, desde su punto de vista, que a iniciativa de ATA se modificara el tope del 75% de bajada de ingresos hasta el 60% en Castilla-La Mancha que, aunque “esto suponga la ruina para muchos autónomos, al menos les ha ayudado a sobrevivir en estos meses tan difíciles para hacer planes de futuro.

¿El futuro? Los autónomos ponen su mirada a finales de septiembre. No solo por las ayudas que se agotan sino también por la incertidumbre de cómo puede afectar la pandemia en caso de una segunda oleada. El consumo está retenido por lo que la asociación de autónomos trabajará para que se «prorroguen», insiste, no tanto por sectores sino por caída de ingresos», apunta Perea. España se enfrenta al mayor desafío con la base de la economía dañada pero con la «esperanza de que no se confirmen los peores augurios».