Emprender cuando sobreviene la pandemia

M.Lillo
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Mario Blanco y su hermano llegaron, a primeros de año, al vivero de empresas de la Cámara de Comercio en Ciudad Real, del que destacan su carácter asequible e instalaciones

Mario Blanco narra su experiencia como emprendedor - Foto: Rueda Villaverde

Cuando la tercera ola del coronavirus daba una nueva embestida al sistema sanitario y multitud de empresas y trabajadores sufrían los estragos económicos que había causado la pandemia, allá por el mes de enero, dos jóvenes ciudadrealeños se instalaban en el vivero que tiene la Cámara de Comercio en Ciudad Real. Antes, en 2019, su proyecto había nacido como una startup vinculada a la ingeniería y la tecnología aplicada a los implantes veterinarios y en junio de 2020, tras el confinamiento, dieron forma a una iniciativa empresarial que primero tuvo su sede en Campo de Criptana y que a inicios de este año trajeron al vivero de la capital, su ciudad natal.

Tuvieron suerte y lograron hacerse con una de las naves que hay en el CEEI en Ciudad Real. «Están llenas, fue suerte, justo lo acababa de dejar una empresa». En plena crisis, surgió una oportunidad, aunque emprender en medio de una pandemia ha tenido sus dificultades. Así lo narra Mario Blanco Flores, de 27 años, que junto a su hermano Víctor, de 29, lleva las riendas de la empresa Protresde, dedicada al diseño, análisis, simulación y fabricación, así como impresión 3D o al diseño y la automatización de maquinaria industrial e instalación de paneles solares. Hacen prácticamente de todo, pues no en vano se han formado en una profesión «muy versátil». Los dos son graduados en Ingeniería Mecánica y Máster en Ingeniería Industrial.

«Ha sido muy complicado porque se paralizó España entera, pero tuvimos suerte porque nosotros tenemos un proyecto relacionado con la logística, que ha sido de los pocos sectores que ha aumentado sus cifras a raíz de la pandemia, pero es verdad que en cuanto a proveedores, materiales y todo, se paralizó, era imposible conseguir nada y lo que se conseguía era carísimo. Fue bastante complicado», detalla este joven formado en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que recuerda además que la zona de La Mancha, donde se ubicaron en un primer momento, fue de las más afectadas por la pandemia en la primera ola del COVID.

No obstante, reconoce que por su situación personal había que dar alas al proyecto. «Era el momento de emprender, o te tiras a la piscina ahora que eres joven, tienes ganas, no tienes cargas familiares ni responsabilidades demasiado elevadas o, cuando ya tienes que pagar letra de hipoteca, coche o tienes niños, y ya es más complicado dar el paso porque, como salga mal, tienes más que perder que ganar».

El viento también les ha sido favorable en otro de los nichos de trabajo en los que están inmersos: la instalación de placas solares. Con la subida del precio de la luz y la mayor concienciación medioambiental, la demanda se ha disparado y actualmente esta es una de las áreas en las que más trabajan en la empresa, en la que además de él y su hermano ya cuentan con tres profesionales más.

Del vivero de la Cámara de Comercio destaca que su coste es asequible y que cuenta con unas muy buenas instalaciones en las que iniciarse y además poder generar sinergias con otras empresas, además de disponer de parking o espacios comunes. «Son naves que para gente que está empezando están muy bien, no te obliga a coger una nave de 500 o 600 metros cuadrados como mínimo y nos viene muy bien porque si no los costes fijos serían mucho mayores y eso hace que cuando estás empezando sea casi imposible», detalla este joven también vinculado al deporte.

La startup Protresde logró el premio Explorer del Banco Santander, lo que incluía un viaje hasta Silicon Valley, la cuna de los emprendedores en Estados Unidos. Además, entre las líneas de trabajo de esta empresa destaca una relacionada con la firma de moda de lujo Loewe.