Gúzman lamenta no haber estado más tiempo en La Solana

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Después de tres años de pastoral en La Solana, el sacerdote concluye su periplo profesional en la localidad y en septiembre será trasladado a Puertollano

Gúzman lamenta no haber estado más tiempo en La Solana

Después de tres años de pastoral en La Solana, el sacerdote Eduardo Guzmán concluye su periplo profesional en la localidad. En septiembre será trasladado a Puertollano tras haber desempeñado la labor de párroco in solidum en la Parroquia de San Juan Bautista de la Concepción junto a Jesús Navarro.

“El señor obispo me pidió cubrir una vacante sacerdotal en Puertollano y yo le expuse mis objeciones, porque después de un primer tiempo algo más tormentoso por mi parte, ahora me sentía muy a gusto y muy integrado en La Solana”, indicó, subrayando que “los sacerdotes estamos a órdenes y hay que obedecer sabiendo que detrás está la voluntad de Dios”.

A la hora de hacer balance, reconoce “se me ha quedado corto, porque no he dado todo lo bueno que podía haber dado y me voy con ese cargo de conciencia”. El sacerdote confesó que le costó adaptarse al principio, pero se va con buen sabor de boca “en las parroquias de La Solana hay gente muy valiosa y he podido trabajar y aprender de personas muy implicadas, lo que es fruto del trabajo de muchos sacerdotes”.

Guzmán dijo que esta gente representa un porcentaje muy pequeño comparado con el resto de la localidad “me duele que haya muchas personas ajenas a la vida de la iglesia y deberían tener cabida para que reciban esa gracia y compartan sus talentos con los demás”. En todo caso, dijo que “es un pueblo capaz de unirse y hacer causa común”.

Mención aparte para sus compañeros Jesús Navarro y Benjamín Rey. Con el primero ha compartido la parroquia in solidum “el hecho de ser tan distintos nos ha podido enriquecer porque hemos tenido los mismos criterios en la pastoral”.

El sacerdote dijo que no habrá ninguna celebración propia de despedida “porque yo he pedido que no la haya, simplemente el último domingo diré misas en varios templos y serán las últimas”. La idea es finalizar su etapa de forma “discreta”, según indicó, confiando en “volver a predicar en alguna ocasión a la Virgen de Peñarroya o a Nuestro Padre Jesús Rescatado o a lo que haga falta si así me lo piden”.