La incertidumbre y la inseguridad añaden, de nuevo, nubarrones al sector hotelero y lo hacen de cara a un puente muy importante, el de la Constitución, para el que aunque las expectativas de ocupación son «muy buenas», existe «el miedo» de que se vean reducidas las reservas debido a las noticias de incremento de contagios y a la llegada a España de la nueva variante ómicron.
Al sector esto le recuerda a tiempos pasados, que se daban ya por superados y a restricciones que tanto daño hicieron al principio de la pandemia y de las que no quiere ni oír hablar, aunque subrayan que en el caso de Castilla-La Mancha el nivel de contagios está controlado y que no se han impuesto limitaciones. Confían en que se mantenga la apuesta de muchos turistas por disfrutar del puente en la provincia. No obstante, el temor existe, tal y como indicó a este diario la gerente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería, Cristina Miranda, quien explicó que si bien el puente se prevé que vaya «bien» en cuanto a ocupación, están muy atentos a los índices de reserva, esperando que no haya unas cancelaciones de última hora.
Esta sexta ola de contagios que poco a poco va tomando forma puede tener de nuevo consecuencias en la economía, si bien desde la asociación de hosteleros señalaron la necesidad de «ir olvidando la incidencia acumulada» y tener solo en cuenta los ingresos hospitalarios y la situación de las UCI, dado que en nuestro país hay más de un 90% de población vacunada que en muchos casos sólo presenta síntomas leves, por lo que considera que la referencia para establecer o no restricciones no puede seguir siendo la del número de positivos, sino la saturación en los hospitales.
Certificado Covid. Otro punto más a favor de la región para atraer visitantes es que la comunidad no ha establecido el uso del certificado Covid para acceder a establecimientos, aspecto en el que Miranda agradeció lo «taxativo y tajante» que ha sido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, al no imponer su utilización, lo que ofrece seguridad y no implica que los hosteleros sean «policías del cliente» para tratar de obligar al 10% restante a vacunarse. Por último, Miranda pide responsabilidad también a los clientes para no dar pasos atrás.