La asfixia del campo

Manuela Lillo
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Un ganadero y una agricultora de la provincia exponen el aumento de la factura de gastos que tienen que sufragar debido al incremento del precio de las materias primas, una situación «insostenible» en la que piden «precios justos»

La asfixia del campo - Foto: Rueda Villaverde

El bolsillo de José Luis y el de Rocío no aguanta más. Él ganadero, ella agricultora, integrantes ambos de un sector agrario, cada uno con su explotación, que, otra vez, clama por lograr soluciones, esta vez asfixiados por la subida del coste de las materias primas. Los dos se sienten 'rehenes' de este sistema de precios en el que los consumidores acaban pagando más, pero en el que lo que reciben por sus productos no compensa los costes. La que ya llaman la campaña más cara del campo español tiene efectos concretos sobre el sector, tiene nombres y apellidos de quienes se ven perjudicados, tiene caras de cansancio, de infatigables días de trabajo, de desesperación, de dudas por su futuro y de hambre de una vida mejor.

José Luis Pérez, ganadero de Carrión,  echa cuentas y estima que entre la subida del precio del pienso, la de la luz y la de otros productos puede pagar «unos mil euros más al mes». Su desesperación es evidente. Explica que el precio del pienso ha pasado en tan sólo dos meses de 300 euros la tonelada a 360 euros y sus 350 ovejas se comen unos 10.000 kilos al mes. Eso son 600 euros más al mes, apunta. Además, no tiene alternativa. Entre los hielos y las pocas horas de sol que hay ahora, a las puertas del invierno, «la hierba no crece», y debe dar de comer todos los días a sus animales, por lo que tiene más remedio que recurrir al pienso.

La luz es otro quebradero de cabeza, ya que la máquina de ordeño también 'chupa' energía. En este caso, su factura ha pasado de entre 180 y 200 euros al mes a unos 400, el doble. Por todo ello ve la situación «insostenible» y cree que la sociedad no se va a concienciar al respecto «hasta que vea las estanterías de los supermercados vacías», por lo que respalda la huelga que prepara el sector agrario y que se prevé que coincida con la del transporte, para los días 21 y 22 de diciembre.

La asfixia del campoLa asfixia del campoY si la ganadería se está viendo golpeada, en la agricultura sucede otro tanto. Lo sabe bien Rocío Magán, quien por su parte comparte una explotación de titularidad compartida con su marido y que también sufre el impacto del aumento del precio de las materias primas. En su caso es el gasóleo el principal culpable del 'sablazo' a su economía. La semana pasada lo pagaba a 0,879 euros el litro, mientras que hace un año estaba a 0,45 y los tractores con los que cuenta 'beben' unos 24.000 litros al año, por lo que estima que su coste que se va a incrementar «entre 7.000 y 8.000 euros al año».

A ello se suma el coste del abono, «casi el doble que el año pasado», puesto que si en 2020 estaba a 440 euros la tonelada, ahora se eleva a 740 euros. Por todo ello considera que su factura total «se ha podido duplicar», sobre todo teniendo en cuenta que «no sube alguna cosa, sube todo», también el hierro para las viñas, las semillas o los repuestos para ruedas y otros elementos de la maquinaría agrícola para las que, por cierto, «también hay escasez de suministros».

Por todo ello considera que «la producción se verá afectada y reclama «precios justos», ya que tanto ella como José Luis afirman que aunque también ha subido el precio que se les paga por sus productos, «no compensa la subida de costes».  

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