La tarde de Manzanares será recordada por mucho tiempo; primero por la alternativa de Carlos Aranda en un cartel soñado y, segundo, por el toreo arrebatador del que hizo gala el diestro Juan Ortega, durante el transcurso de la lidia. Tomar la alternativa es ya un motivo de satisfacción para un torero que no lo ha tenido fácil y que nunca cejó en el empeño. La empresa comandada por Manuel Amador, le dio la oportunidad y no la desaprovechó. Para empezar, un encierro de Castillejo de Huebra, -qué buen ganadero fue su criador José Manuel Sánchez- de encaste Murube que propició el éxito de los toreros. Toros 'entipados', cómodos de cabeza sí, pero ¡ojo! encastados y de interesante juego. El primero, un auténtico 'dije', el toricantano que lucía un terno blanco y oro, le recetó un ramillete de verónicas ganando terreno muy aplaudidas. En banderillas fue cogido 'Miguelín' sin consecuencias salvo el desgarro en el vestido.Tras la ceremonia, brindó al padre y hermano su doctorado. Pases de tanteo para seguir con series en redondo, que fueron a más en los naturales, bien cerrados con el obligado de pecho. Uno por bajo, tuvo usía. Faena serena, muy responsabilizado que terminó con ayudados por alto. Pinchazo hondo y descabello. Oreja.

En el sexto, tras el vendaval de Ortega, se lució Valentín Cuevas en un par asomándose al balcón. Flexionó la rodilla en los comienzos dando paso a las series sobre ambas manos cerradas con los pases de pecho de pitón a rabo. Mejor en las tandas de naturales, a los que faltó mayor ligazón. Labor seria, aseada, sin estridencias. La más de media a su enemigo, le valieron dos generosas orejas en recuerdo de su labor.

Juan Ortega, ofreció un recital de toreo en Manzanares. Toreó a la verónica como sólo saben los elegidos, inspiradísimo toda la tarde; estuvo excelso en el tercero bis, un toro de más presencia, 'montado' arriba, desgranando verónicas con enjundia. Una buena vara y un buen tercio de banderillas a cargo de Jorge Fuentes, dieron paso al toreo fundamental, destacando las series por naturales con gusto, naturalidad y empaque. Faena medida por los dos pitones a un astado que fue a más, embistiendo con temple y bravura. Pinchazo y estocada hasta las cintas. Dos orejas. Se superó en el quinto, ofreciendo una sinfonía en las verónicas de salida y en el quite por chicuelinas llevando al caballo. Plasticidad, armonía, temple, aderezado todo ello con su proverbial elegancia. El toro tenía presencia y era 'brutote', consiguiendo el sevillano una faena bien construida a base de redondos y naturales. ¡Cómo le anda de bien a los toros! Gran estocada y otras dos orejas con salida final a hombros en unión de Carlos Aranda.

El torero Carlos Aranda durante la faena al toro de su alternativa, al que ha cortado una oreja, en la corrida de feria en Manzanares (Ciudad Real), con toros de la ganadería Castillejo de Huebra en la que ha compartido cartel con Morante de la Puebl - Foto: EFE (Jesús Monroy)

Morante, con el lote menos propicio, tuvo una de cal y otra de arena. En su primero, un castaño bociblanco, destacó por un par de verónicas marca de la casa. Dos entradas al caballo y dos pares. Toro 'regordío', al que el de La Puebla le fue enseñando los caminos hasta ligar una buena serie al natural. Los kilos del cornúpeta le hicieron que las embestidas fueran cada vez más cortas. Faena técnica que culminó con una estocada. Oreja. En el cuarto, un toro andarín y huidizo que fue el garbanzo negro, lo intentó, aunque no se dio mucha coba, la verdad. Lo peor, fue la media alevosa en los sótanos. Indigno de él. Fue abroncado.

Al finalizar el festejo, el banderillero paisano Valentín Cuevas, dijo adiós a la profesión tras toda una vida dedicada al toro. Fue felicitado por todos sus compañeros y amigos.

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Bien la presidencia, salvo en la vuelta al ruedo del quinto, quizás fue un reconocimiento a la corrida en general.