"Alvinesa no sería posible sin estar en Ciudad Real"

R.Ch.
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«Damos soporte a la industria del vino y además, le damos valor, lo cual es más importante aún»

"Alvinesa no sería posible sin estar en Ciudad Real" - Foto: Juan Lázaro

Es usted el CEO de Alvinesa, una de las empresas más importantes de la provincia en cuanto a facturación. ¿Cómo definiría su modelo de negocio?

Alvinesa es una empresa de economía circulante, algo muy en boga hoy a nivel mundial y muy atractivo con el que se pretende aprovechar mejor los recursos que nos da la tierra. ¿Cómo lo haces? Asegurando que no haya nada que vaya a desperdicio. Nosotros recogemos el producto que se descarta del proceso de fabricado de vino y se transforma en ingredientes para su venta, sobre todo, de la industria alimenticia. 

 

- Foto: Juan Lázaro

¿Para quién trabaja Alvinesa?

Primero, damos soporte a la industria del vino. Sin el trabajo que hacen compañías como Alvinesa sería difícil que las compañías que hacen vino pudieran operar. Y luego también hay un número de empresas a las que también se vende. A la industria de energía, porque sacamos el alcohol que hay en el orujo y lo transformamos para que pueda ser vendido como bioetanol. Utilizamos también el alcohol de boca, el orujo tiene el alcohol y se utiliza para, por ejemplo. hacer brandy. También hay otras actividades muy importantes. Sacamos el tartrato y transformamos en ácido tartárico, que se utiliza en industrias, empezando por la misma industrial del vino, pero luego hay industrias alimenticias que lo usan como un ácido natural para darle la acidez a los productos que venden a sus clientes

Luego también hacemos aceite de semilla que va a una serie de consumidores en el mundo, mayoritariamente en Asia y EEUU y es un aceite excepcional para cocinar en wok porque no produce humo y no adultera el sabor de la comida. Es un producto muy apreciado también

Y finalmente, y muy importante también, es la parte del colorante que sacamos del orujo de vino tinto. Ese colorante se utiliza como colorante natural en la industria de la alimentación y también hay un amplio desarrollo de lo que se llama el polifenol, una molécula contenida en la uva y que tiene muchos beneficios de salud, como antioxidante, y que se utiliza desde la industria nutracéutica, para alimentación animal y para la alimentación de productos más regulares 

Tenemos un elenco muy amplio de productos y de clientes en diferentes industrias, lo cual lo hace muy interesante. Y no solo vendemos en España. Desde hace años, Alvinesa está vendiendo fuera, en Europa, y también en América, y vamos a seguir la expansión internacional mucho más agresiva. 

 

La industria del vino es su primer 'cliente'. ¿Notan un cambio en la industria vitivinícola hacia la sostenibilidad?

Es una tendencia que hace un tiempo que está ocurriendo y llega a Castilla-La Mancha también. Hay cada vez más énfasis en la parte de sostenibilidad, en las prácticas de agricultura, en el consumo de energía… Creo que la industria del vino en España y en la región tiene prácticas, en general, bastante sostenibles, y nosotros somos parte de esto. Contribuimos a que la industria del vino pueda ser sostenible. Sin nuestra contribución, creo que sería más difícil serlo

Además, aquí hay un tema importante en Castilla-La Mancha. Por el clima y por la tierra, que dan una gran ventaja. Se utiliza muy poco pesticida y eso está muy valorado por consumidores a nivel global. Es evidente que no podría haber Alvinesa sin estar en Ciudad Real. Una cosa va con la otra. El soporte que le damos a la industria es muy importante y con todo ello, podemos darle valor, lo cual incluso es más importante. 

 

¿Cómo ve la situación actual del sector del vino en Ciudad Real y en Castilla-La Mancha?

Es un mundo muy interesante. El consumo de vino ha cambiado mucho. Antes era parte de las comidas de los españoles y ahora ese consumo ha bajado… Eso no significa que no se siga consumiendo, pero hay una tendencia de consumo muy diferente. Es algo que no solo ha pasado aquí, también pasa en Francia, por ejemplo. Y creo que el vino tiene que estar en las tendencias. Hay tendencias ahora que están pasando por una explosión de vino blanco a costa del tinto. Es un hábito de consumo que cambia. Por ejemplo, también con el vino ecológico o el vino sin alcohol, que se empiezan a consumir en mercados como el norte de Europa y tiene su nicho y posicionamiento. Es un sector muy fragmentado, con mucha oferta, y que tiene que adaptarse a esas tendencias. No es un mercado fácil, pero hay que saber aprovechar las tendencias y adelantarse a ellas.

 

Alvinesa es líder en la economía circulante. En un mundo como el actual, ¿es más viable este tipo de negocio?

La economía circulante es una tendencia que no va a poder pararse. Independientemente de la situación económica, es la manera en la que el mundo va a progresar. Nosotros aportamos nuestro granito de arena. Hay que tener en cuenta que en el mundo, la población de personas aumenta cada año, pero no los recursos. Tenemos que hacer que los recursos que tenemos sean mucho más vendibles y puedan alimentar a más gente. La economía circulante en sí es clave en todo eso. Al final, lo que haces es que no haya nada que se vaya a perder, todo se puede reutilizar para que pueda ser consumido. Nosotros no utilizamos tierra, ni recursos, ni agua para sacar todo lo que hemos contado. Simplemente, estamos apoyando la industria del vino para hacer luego nuestro trabajo.

Esto se está haciendo desde hace ya tiempo en la industria del vino y el modelo está listo y cada vez más copiado para otras industrias, desde el cítrico a olivo… donde hay un proceso donde se descarta parte del producto que se pueda utilizar

No creo que esto sea provocado por una situación económica donde hay menos recursos. Aunque fuera una situación más boyante, se tiene que hacer por la sostenibilidad y la responsabilidad con el entorno que tenemos.

 

Pero esa crisis es innegable con consecuencias como la subida de precios… ¿Cómo le está afectando a su empresa?

Es preocupante, sobre todo el tema de la energía. Lo que hace Alvinesa es muy pionero en el mundo. No utilizamos gas, usamos la biomasa de nuestro propio proceso para hacer funcionar la caldera, etc. Somos sostenibles y tenemos también una planta fotovoltaica que puede proveer hasta un 30% de la energía que necesitamos. Pero seguimos usando electricidad y nos ha subido, como a todo el mundo, pero esa biomasa y la planta nos ha permitido tener un impacto que hemos sabido sobrellevar. En otras empresas del sector, que son muy dependientes del gas, no solo aquí, también en Francia o Italia, está siendo un problema grave para ellos porque los costes se disparan…

 

¿Es usted optimista de cara al futuro?

Por naturaleza lo soy. Creo que hemos vivido los últimos tres años momentos de disrupción debido a causas mayores. La guerra de Ucrania está afectando, pero ya veníamos de una situación un poco extraña, con el COVID, con la paralización de toda la actividad, que cuando se reactivó hubo muchas cosas que no estaban bien balanceadas. Con todo lo que ha pasado, siempre pienso que hay que pensar en positivo. Creo que vamos a sufrir aún un tiempo, pero que de esta situación, en la que se reajusta todo, van a salir las cosas más reforzadas, y una economía europea que no dependa tanto de países un tanto problemáticos. Creo que habrá un reajuste de cosas, que siempre duele, pero al final saldrán reforzadas cosas que, quizá, deberían haberse hecho antes. 

 

Ha comentado que Alvinesa no sería posible si no estuviera en Ciudad Real. ¿Cómo ve la situación de la provincia y de una región donde el sector primario está ganando fuerza?

Las posibilidades naturales y que te da el entorno están ahí y eso es indiscutible. Las cooperativas y las empresas se han ido profesionalizando mucho. Hemos hablado de la sostenibilidad, pero también se podría hablar de la producción orgánica sin pesticidas. Ciudad Real y Castilla-La Mancha tienen una base muy sólida para avanzar. Pero eso sí, siempre hay que tratar de adelantarse a las tendencias, entender la importancia de diversificar en tu producción, saber ajustar y saber vender. Castilla-La Mancha tiene una producción fantástica, hablando más de vinos, pero no se ha sabido vender. Esa es la impresión que tengo. He descubierto vinos fantásticos, pero vas a Madrid y es difícil que te vendan vinos de aquí. Creo que falta saber promocionar las muchas cosas buenas que tiene la región.

 

Hace siete meses y medio, el fondo ICG le nombró a usted CEO de Alvinesa. Entonces se dijo que la empresa estaba "bien posicionada para expandirse a los mercados globales de la alimentación y la nutrición". ¿Lo sigue estando, pese a todo lo que ha pasado en estos meses?

Sí, sin duda. Porque el legado que nos llega de la familia Cantarero, y sobre todo de Jesús Cantarero es muy sólido. Empieza con el mundo del alcohol, la actividad inicial de la empresa y Jesús ha sabido evolucionar la empresa hacia un posicionamiento que se posiciona más en la alimentación. Creo que la escala de la empresa, con la fábrica más importante del mundo en el sector, toda esta base que se ha sabido construir es muy buena para seguir expandiendo. 

 

¿Qué puede aportar usted?

Básicamente, soy una persona que llevo muchos años viviendo fuera, con mucha experiencia en mercados internacionales y puedo dar ese plus que ya Jesús construyó. Saber vender en los mercados, entrar al cliente final, adecuar la oferta a lo que el mercado te pide, innovar con nuevos posibles desarrollos de productos, atraer talento fuera de España… hay una serie de cosas que se pueden hacer para que este modelo sea mucho más exportable a otros países y mercados en el desarrollo de lo que hacemos y con un énfasis muy importante en la parte del ingrediente natural como son los polifenoles, colorantes e incluso el ácido tartárico en el mundo alimenticio.

 

Y ser más agresivos como ha dicho…

Hay un nuevo socio, ICG, y la mentalidad es siempre ser más agresivos. La empresa ha tenido un éxito fantástico hasta ahora, pero es que además esa plataforma y ese legado que hay puede crecer aún más. Si tienes más recursos y la ambición puedes ir más allá.

 

¿Crecer en qué mercados?

La línea de polifenoles y colorantes lleva relativamente poco tiempo, aún tiene mucho que crecer y consolidarse. Creo que tenemos muchos elementos para ser el líder global, sin duda, en este segmento. Tienes ácido tartárico que se puede expandir en mercados y otros segmentos y nuestra capacidad aún no está al 100% para vender más. Luego hay otro crecimiento inorgánico, a través de adquisiciones. En enero adquirimos una compañía similar del sector, no tan completa en volumen y productos. Está en el Penedés, en Cataluña. Esa empresa nos ayuda a diversificar el producto y está en un área que por el cava y la DO que tiene, aunque la cantidad no es tan importante como la que tenemos aquí, la calidad de esa materia prima que nos llega de las bodegas nos ayuda.

Y se pueden plantear posibles adquisiciones en otros países del mundo para acabar de consolidar el liderazgo y el modelo de Alvinesa que se pueda exportar a otros mercados.

 

América, Asia…

Totalmente. En estos momentos somos fuertes en España y en Europa, vendemos poco en Asia y en EEUU a través de intermediarios. Nadie dice que no podamos hacer más expansión en América Latina, o que en EE.UU. lleguemos directamente al cliente final, o que en Asia vayamos abriendo más mercados. Los productos son buenos, el modelo de negocio está demostrado y lo que hay que hacer es, a nivel internacional, ser más activos y estar más presentes. Eso significa construir la cadena de distribución, asignar distribuidores, poner gente comercial, hacer más marketing… Esa es la tarea en la que vamos a hacer más énfasis ahora.