«Me dijeron: es un caso de libro, te han robado al niño»

Hilario L. Muñoz
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Tres décadas pasaron entre el parto de la mujer de Luis Vega, y el momento en que pensó que quizás su hijo no había nacido muerto, sino que lo habían robado. Este viernes presenta en la Biblioteca su libro 'Robado'

«Me dijeron: es un caso de libro, te han robado al niño»

Desde ese momento inició una carrera, para descubrir la verdad, convirtiéndose en parte visible de quienes buscan justicia por los 'bebés robados'. Este viernes 20, a las 19 horas, presentará en la Biblioteca libro Robado, en el que narra esa transformación vital. 

¿Cómo surge la idea de hacer un libro con su experiencia?

Un día a través de un amigo conocí a una directora de cine y me pidió que le contará en detalle lo ocurrido. Al terminar, me dijo, te recomiendo que lo escribas todo tal cual. No había escrito un libro nunca. Me planteé un libro con sentido y con dos elementos importantes: no dar pena y tocar las emociones de la gente.
 

¿Qué ocurrió en 1977?
El 20 de noviembre de 1977, a las dos y pico de la mañana, ingresamos en la clínica, por el parto. A las 10.30 o 11 de la mañana se llevan a mi mujer para hacerle la cesárea y, estando en la sala de espera, aparece una enfermera y me dice: 'oiga que vienen dos'. A la media hora salió el doctor, junto con otro doctor, un neonatólogo, y explicó que venía un chico y una chica, pero el chico apareció muerto. Él me recomendó que no lo viera, porque era muy impresionable y tenía un aspecto muy desagradable. A la niña, me dijeron que tenía problemas y que había que dejarla unos días en la incubadora. El día 28 y les dieron el alta. 

¿Cuándo pensó que su hijo podía haber sido robado en vez de nacer muerto?

El día 27 de enero de 2011 sale una noticia a mediodía en la que aparecen en la puerta de la Fiscalía General del Estado un grupo de personas que han puesto una demanda conjunta firmada por 267 personas por bebés robados. Hacen una explicación somera de lo que les había pasado y aquello despertó inquietud en mi mujer y en mí. Entonces empecé a moverme y me enteré de quién estaba presentando la demanda, la asociación Anadir, me puse en contacto con ellos y les conté mi caso. Inmediatamente, me pareció que se le hacían los dedos huéspedes, porque me dijero:este caso es de libro, te han robado al niño.
 

¿Qué hizo entonces?

Yo quería verlo con detalle y les pedí que me dijeran que hacía falta. Me comentaron que tenía que pedir a cementerios que certificaran que tu hijo está o no enterrado y, luego, que solicitara un documento en el registro civil, un legajo de aborto. A los dos meses, me dijeron en ambos sitios que no había registrado ningún feto y el registro civil certificó que no había legajo de aborto de mi señora. Visto lo cual, llegué a Anadir y quise adherirme a la demanda conjunta.
 

¿Por qué contar su caso y otros en este libro?

La finalidad del libro es hablar de bebés robados porque es una cuestión irresoluta a la que nadie hace caso, no hay interés por ninguna administración de resolverla. Una vez que yo me enteré, decidí investigar por mi cuenta y busqué un detective para dar con la lista de chicos nacidos en un periodo de noviembre. Con esa lista de nombres empecé a investigar y buscar cómo nacieron estos chicos, llamando por teléfono a sus casas y a hablar sobre su experiencia del parto. Eso fue un proceso de investigación, pero entendía que tenía que coger otro camino y fui al registro civil y empecé a pensar que el chico se dio a una familia sin más hijos y con padres que tuvieran una cierta edad. Entonces saqué una lista de 13 niños, uno de ellos se inscribió, el 28 de noviembre, justo cuando salimos del hospital. La policía dijo que cómo iba a investigarlo y el juez encontró la vía para no investigar.
 

¿Cómo se siente tras lo que ha vivido con esta situación?

Soy un padre que siente que por ahí, hay un chico que un día sabrá que sus padres no son sus padres y lo que quiero es que sepa que no fue un niño al que abandonaron.