Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


La cesión del PSOE implica hasta dineritos

10/06/2021

Tal como lo veo, la jugada que Pedro Sánchez, con el gobierno, y sobre todo el PSOE, atraillados ambos grupos como vulgares canes de una más vulgar rehala, implica, prácticamente, la liquidación de todo vínculo entre España y la Cataluña a la que, desde el propio Estado, se la ha estado dejando ir desde el siguiente día de la promulgación de la actual Constitución. Porque la solución Sánchez-PSOE al problema catalán no se les queda, no se nos queda a todos, en la bajada de pistón que dicen los que aún creen en Reyes Magos, Santa Claus y demás personajes infantiles, en lo que Pedro pueda tener pactado con una muy importante parte del separatismo catalán, sino que va más allá, y si no, al tiempo, o al time que diría un inglés. Hay que fijarse muy bien y muy mucho en que Sánchez, el político que ha sido capaz de superar, en memez e indignidad, a Rodríguez Zapatero, no ha sido capaz de mantener políticas serias, en todo su actuario como primer ministro de España, tanto si el escenario era allén nuestras fronteras o dentro de ellas. Por eso no nos deben extrañar los mediocres, o algo así, resultados de las crisis, o mini crisis, a las que España se ha enfrentado desde que Pedro Sánchez destronó a Mariano Rajoy. La acritud con la que Marruecos no está tratando demuestra el escaso nivel de nuestro presidente. Las pobres, y peligrosillas a veces, actitudes de nuestra cancillera-ministra de Asuntos Exteriores demuestran, igualmente, que la mediocridad no se queda sólo en Moncloa, sino que llega, directamente, al palacio de Santa Cruz, que es dónde deberían cocerse los asuntos de las relaciones exteriores.
 Pero si con el ejemplo utilizado ya vemos cómo dirigen y gobiernan, hacia afuera, Pedro y sus mariachis, -¿qué gestiones se han hecho ante Rabat y ante la Casa Blanca, que es dónde está el meollo?- no quiero ni pensar, aunque no se me vaya del tarro, como van a dejar el tema Cataluña. Y es que siguiendo la trayectoria histórica del PSOE desde Pablo Iglesias hasta hoy, se ve, se adivina, se palpa, un cierto regusto socialista por las revueltas y revoluciones, ora en los valles mineros de Asturias, ora en las zonas industriales y portuarias de Cataluña, ora en los mares de cereales o viñedos de España. La sombra de los Iglesias, los Largo, los Prieto, los… revolotearon siempre, y aún siguen aunque con menos peso específico, sobre España, al igual, eso sí, que también revoloteaban los oponentes, unas veces con más ruido y otras con menos. Hoy, con el PNV astutamente agazapado en espera de mejor ocasión, el revoloteo, como los millonarios bandos de murciélagos a la caza vespertina de la cena, vuela sobre Cataluña, aunque el ruido llegue hasta el último confín de España. Pedro tiene tragado y/o pactado el indulto, de esto no hay duda, pero ha tenido que frenar un poco, sólo lo justo ya verán, para que la jugada diseñada les salga redonda a los separatistas, digamos, menos radicales, ya que los otros, los que se comen a los niños crudos y forran de palos y adoquinazos a los mozos, los impacientes, podían haber echado a perder lo que puede que vaya a pasar, porque Pedro Sánchez anda demasiado abierto a todo con tal de seguir. Así que ya saben: habrá indulto, jugarán con la imposible amnistía, abrazos a go-gó, más concesiones y, ¡tachán! prevaricación y reparto injusto, que es de lo que se trata y lo que Junqueras no permite que peligre, y que no es otra cosa que los miles y miles de millones que librará Bruselas. Y todo esto, por obra y gracia de Pedro Sánchez y el PSOE, que come en su mano, y que tienen sus preferencias.