Jabato lo ha vuelto a hacer. Un año después de perder la categoría, el técnico ciudadrealeño ha llevado al Cisne a la Liga Asobal, a falta de una jornada para el final de la competición en Plata.
Javier Fernández López atribuye este nuevo éxito a la evolución de varios de sus jugadores tras su paso por Asobal, «que nos sirvió para consolidar el proyecto y como experiencia, más allá de la decepción del descenso». Un ascenso que ha celebrado a lo grande, «en la calle y en los bares», algo que la pandemia les negó hace dos años en su primer asalto a Asobal, en pleno confinamiento y sin la posibilidad de festejar este éxito como se merecía.

Pero pese a haber logrado el ascenso, el entrenador ciudadrealeño tiene casi decidida su no continuidad. Cumple su séptima temporada en el Cisne, después de tres años en el Academia Octavio. El club quiere que siga al frente del equipo, aunque él no lo tiene claro. «Son muchos años ya y creo que no seguir sería bueno para el equipo, el club y para mí. Yo tengo mi trabajo, la selección juvenil y la familia, y la conciliación se hace muy difícil. Quería dejar al equipo donde estaba. Lo tengo casi decidido», afirma.
Per de momento 'Jabato' saborea este ascenso y comparte esta celebración con el canterano alarquista Carlos Ocaña, que aunque sí jugó en la primera fase, en la segunda apenas ha participado, centrándose con el conjunto juvenil del Cisne. "Es algo que ya tenía hablado con él. Estos meses ha tenido una gran carga de trabajo, tanto con la selección española en los Juegos del Mediterráneo como con la selección gallega en el CESA y con el equipo juvenil en el Campeonato de España. Estamos muy contentos con su evolución y Carlos es uno de esos jugadores jóvenes que deberá dar un paso al frente la próxima temporada", explicaba el técnico.

EL REY EMÉRITO, TESTIGO DIRECTO. Con su victoria ante el Barça B (36-29), el Cisne  de 'Jabato' aseguraba su ascenso a Asobal, en un partido que presenció en vivo el rey emérito Juan Carlos I (segundo por la derecha), que aprovechó su visita a España para ver a su nieto Pablo Urdangarín, jugador del filial azulgrana. «Fue una anécdota, dentro de una situación muy normal. Un abuelo viendo jugar a su nieto, nada más», asegura con tono de naturalidad el entrenador ciudadrealeño.