En marzo, el desconocimiento sobre el coronavirus hizo que los esfuerzos se centrarán en evitar contagios siguiendo pautas como el lavado de manos. Posteriormente se sumaron las mascarillas para evitar contagios al hablar o respirar. Por último, se han reconocido los aerosoles como factor de contagio. Los aerosoles son como si al respirar saliera un humo que, a menos de que haya ventilación, llena todo el espacio.

Un investigador español de la universidad de Colorado, José Luis Jiménez, divulgó esta última vía de contagio y entabló, hace tiempo, conversaciones con la investigadora Increcyt del Parque Científico y Tecnológico de Castilla-La Mancha y del Instituto de Investigación en Combustión y Contaminación Atmosférica de la UCLM Florentina Villanueva, que lleva años investigando la calidad del aire interior, las partículas que hay en espacios cerrados, y el uso de filtros HEPA, capaces de renovar el aire allí donde no hay ventilación, lo que da pie a investigar su efectividad para filtrar el virus. Se trata de un análisis que ha comenzado Villanueva junto a investigadores del IREC como Christian Gortázar e Isabel García Fernández de Mera. Tienen sobre la mesa la posibilidad de realizar el primer estudio sobre la efectividad de los filtros HEPA para hacer frente al coronavirus. De hecho, ya han probado la técnica que emplearán y del primer análisis han demostrado que los filtros retienen el virus y que existe la posibilidad de analizarlos y detectar el SARS-CoV 2.

«En una muestra humana se hace el diagnóstico por PCR, nosotros lo que hacemos es un proceso similar en una sección del filtro HEPA», explicó García. La labor se realiza de la mano de otra investigación del IREC, las esponjas que ya han demostrado la posibilidad de detectar ambientalmente la presencia del virus, y que permite analizar grandes espacios para saber si hay virus en superficies. La propuesta ahora es realizar una investigación de filtros HEPA instalados en ambientes como aulas escolares y guardería donde se menzclan menores con y sin obligación de llevar mascarilla. También analizarán los filtros de una residencia sociosanitaria de la capital. De este modo, cada ocho semanas se analizarán filtros de esos espacios. Las conclusiones de este estudio abrirán la posibilidad que los HEPA permitan vigilar «la circulación del virus», localizando personas asintomáticas sin necesidad de realizar PCR masivas, limitando a aquellas personas que hayan estado en un espacio.

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