En la penúltima rueda de prensa del seleccionador, Luis Enrique, justo el día antes de la debacle ante Marruecos, tachó de «topicazos» muchas preguntas de los periodistas, que se referían a distintas situaciones de juego por las que había pasado la Roja durante la fase de grupos y, sobre todo, el día de la sorprendente derrota ante Japón. Ayer, el director de Desarrollo del Fútbol Mundial de la FIFA, Arsene Wenger, emitió su diagnóstico sobre lo que ha sido la competición hasta ahora y no se puede utilizar ese calificativo.  

Para este 'sabio' de la estrategia, que estuvo como director técnico del Arsenal 22 años, se habían detectado mucho atasco en las zonas centrales y la vía de escape eran las bandas y los centros.  

De hecho, existía, según subrayó, un llamativo incremento de goles por balones laterales colgados al área. Es más, puso el ejemplo de uno de Asensio a centro de Alba en el primer partido ante Costa Rica. «Quien tenga las mejores bandas será campeón», señaló el galo. Todo lo que no hizo España ante Marruecos. Ohizo tarde. 

«La selección con mejores extremos, ganará el Mundial ya que el 58 por ciento de los ataques se dan por banda al bloquearse los carriles centrales», sostuvo Wenger.

«Los equipos con mejores extremos tienen más oportunidades de ganar el Mundial. Los laterales son claves también, hay que conseguir que estos jugadores aprovechen la banda. Francia está entre ellos. Va a ser peligrosa hasta el final», sostuvo en una comparecencia en la que el organismo organizador del Mundial dio a conocer datos sobre la fase de grupos. En el caso de la Roja, Alba lo hizo bien hasta que el cuerpo aguantó y a Balde le pesó la falta de experiencia. Nunca se sabrá qué hubiese sido de la Roja con José Luis Gayà.