El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel no pasa por uno de sus mejores momentos. La llegada de las altas temperaturas y la escasez de precipitaciones hizo que la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales de Castilla-La Mancha activara de nuevo la batería de sondeos de emergencia del parque con el objetivo de ralentizar la desecación de la zona inundada entre el Molino de Molemocho y el paraje del Ojillo. Con ese propósito, el agua bombeada al parque a través de los pozos ha sido de 230.400 metros cúbicos desde el pasado día 12 de mayo, fecha en la que se iniciaron los bombeos, como así informaron a La Tribuna fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).
En total, 230.400 metros cúbicos de agua en ocho días, lo que ha supuesto, según las mismas fuentes ministeriales, una aportación de 28.800 metros cúbicos al día. De momento, la previsión es que los pozos continúen bombeando un día más, es decir, hasta hoy viernes, 21 de mayo, por lo que de seguir en la misma línea se podrían llegar a alcanzar los 288.00 metros cúbicos. Una cifra que permitirá que se completen los ciclos biológicos de la biocenosis presente en este espacio natural, tanto de la fauna como de la flora.
A fecha de 12 de mayo, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel presentaba una escasa superficie inundada de 220 hectáreas, de las más de 1.700 que conforman la superficie encharcable, por lo que de mantenerse la tendencia descendente de la inundación se comprometería la nidificación de las aves presentes en la zona y la posibilidad que las plantas acuáticas finalizasen su ciclo vital, produciendo esporas que permitan su regeneración futura. En este sentido, cabe destacar que en la zona inundada comprendida entre el Molino de Molemocho y el paraje del Ojillo han aflorado praderas de carófitos (plantas acuáticas conocidas como ovas) y una buena nidificación de aves acuáticas. De ahí, el objetivo de la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales de Castilla-La Mancha de asegurar el ciclo vital de la flora y la fauna, y ralentizar la desecación en esa zona.
El humedal manchego está atravesando por una situación difícil debido a la sequía de los últimos siete años, la más grave y larga por la que pasa España desde el año 1995. No llueve y el parque necesita agua. Para su supervivencia, de no llegar las precipitaciones, solo hay dos alternativas: un trasvase desde los pantanos de cabecera del Tajo-Entrepeñas y Buendía o la utilización de los pozos de recarga. El Ministerio de Transición Ecológica considera que esta última es la «mejor solución» y recuerda que la última vez que se realizó un trasvase al parque fue en el año hidrológico 2008/2009 y de los 20 hectómetros cúbicos derivados solo llegaron a su destino 0,75.
No es la primera vez que la batería de sondeos de emergencia se pone en marcha para tratar de conseguir encharcar Las Tablas, pues en marzo del año pasado se llevaron 5,75 hectómetros cúbicos al parque en dos meses. A partir de octubre de ese mismo año se bombearon otros 5,75 hectómetros cúbicos con la llegada del nuevo año hidrológico.
Por su parte, la Comunidad de Usuarios (CUAS) Mancha Occidental I considera «inadmisible» el secretismo con el que la Comisión Mixta de Parques Nacionales de Castilla-La Mancha ha decidido volver a poner en marcha la batería de sondeos de emergencia, ya que no se les ha comunicado de la medida, aunque «fuera por pura cortesía». Asimismo, consideran que la opción elegida «es nuevamente un parche que se demostrará ineficaz y perjudicial tanto para la Masa de Agua, como para las Tablas».