45 de los 46 municipios de la provincia que tienen una única oficina bancaria tienen en común una cosa: que la firma que mantiene ese acceso al sistema bancario a pie de calle es Globalcaja. Una situación que su director territorial en Ciudad Real, Miguel Ángel León, explica que va más allá de las cuentas de resultados y que se explica por «el concepto de obra social y de responsabilidad con los entornos rurales» que mantiene la entidad en la provincia: «Supone un esfuerzo enorme».

Son hasta109 las sucursales de Globalcaja repartidas en 94 localidades de la provincia, 37 de ellas de menos de un millar de habitantes, «con los que tenemos un compromiso por mantenernos», dice León. Oficinas o corresponsalías, todas con personal propio que abre en horario completo en las primeras o ajustado a días puntuales «para atender las demandas de los vecinos y de las empresas».

El modelo de negocio que implanta la caja «se desmarca» de la estrategia del resto del sistema bancario, que implica que el número de municipios sin sucursal se ha incrementado en España un 23% desde 2008, de los 3.569 a los 4.405 del cierre de 2020. Las cajas rurales, en este caso Globalcaja, son las que palían la salida de la gran banca evitando la exclusión financiera. Aquí, más de 35.000 ciudadrealeños tienen en esta firma su única puerta de entrada física a la banca.

El responsable territorial de la entidad en la provincia asegura que la salida de un pueblo «supone dejar de dar servicio a los ciudadanos y también a las posibles empresas que se quieran instalar allí. Mantener una sucursal supone también una función económica», apunta León. La intención es mantener la capilaridad de la red de oficinas, sin olvidarse de la apuesta tecnológica, con distintas áreas específicas dentro de la entidad y que pasa, por ejemplo, también por la instalación de cajeros en municipios, como Ballesteros de Calatrava, para reforzar la presencia de Globalcaja en estos pueblos.