El BM Caserío está a 60 minutos de poder disputar su tercera fase de ascenso a Plata. Después de 29 jornadas, el equipo de Sani Urdiales se ha ganado el privilegio de no depender de nadie en el último partido. Una victoria este sábado (19 horas) en el pabellón El Pandero de Palma del Río le daría el subcampeonato del Grupo F de Primera y acompañaría al Ikasa Madrid a la promoción para subir de categoría. Si no, habría que mirar lo que haga el Pinto en su visita a Almería, donde jugará a la misma hora, y con el que está empatado a puntos pero con 'gol-average' particular ganado.

La trayectoria de los de Ciudad Real esta temporada invita al optimismo y sería una indeseable sorpresa que perdieran esa segunda plaza en el último momento. Y más ante un rival que no se juega absolutamente nada y al que en la primera vuelta vencían con solvencia (32-24). Eso sí, los cordobeses están terminando la liga en un buen momento de forma, como atestigua su último triunfo en su derbi de Pozoblanco (22-28). Por su parte, los manchegos ganaban en casa al SAFA (25-21).

Santi Urdiales confía en sus jugadores pero no se fía del Palma del Río ni de uno de los pabellones más incómodos de la categoría. "Será un día complicado, pero esperamos dar la talla. Estamos con muchas ganas de que llegue el partido", decía el santanderino, que puede recuperar a Rodrigo Martín-Pozuelo y al meta Miguel Bravo, por lo que las únicas bajas serán las de siempre, Quique Chacón y Mario Blanco.

Acompañados en la grada

En este partido decisivo el BM Caserío no estará solo. Medio centenar de aficionados se desplazarán a Palma del Río para animar a su equipo en este día clave. Una veintena lo harán en un autobús fletado por el club y el resto en sus vehículos particulares.