Carlos Bonilla: "Nos enfrentamos a un año complicado"

Manuela Lillo
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Con la vendimia dando los últimos coletazos, el presidente de la Denominación de Origen La Mancha hace repaso de toda la actualidad que afecta a esta DO, como el aumento de los costes, el cambio climático o la búsqueda de nuevos mercados.

Carlos Bonilla: "Nos enfrentamos a un año complicado" - Foto: Tomás Fernández de Moya

¿Cómo cerrará la DO La Mancha la campaña de vendimia de este año?

Prácticamente, la mayoría de las bodegas de la DO habremos terminado ya por este año. En el conjunto de Castilla-La Mancha estamos viendo que puede haber en torno a un 15% menos que el año pasado, cuando ya fue la cosecha mal, y estaríamos hablando en la región de unos 20 millones de hectolitros. En cuanto a la DO La Mancha, siempre elaboramos prácticamente la misma cantidad porque es lo que después se comercializa en botella. 

¿Qué volumen, por tanto, tendrá la DO de producción?

Estaríamos hablando, como en la mayoría de las anteriores campañas, de en torno a 120-130 millones de litros. Como tenemos muchas hectáreas, más de las que realmente se embotellan, siempre se eligen las mejores para destinarlas a vino de Denominación de Origen, por lo tanto, tenemos muchas para seleccionar y elaboramos las que se van a embotellar, por eso elaboramos más o menos la misma cantidad de vino. 

¿Qué resultados arroja la vendimia en cuanto a calidad? 

Siempre va relacionado, cuando las cosechas son cortas, la calidad es muy buena. Están más concentrados los azúcares, los aromas... Vamos a partir con unas calidades excepcionales de cara a los mercados. 

¿Cuál es la situación de las bodegas en este escenario de incremento de los costes de producción?

No sólo lo sufren las bodegas, a las que les han subido todos los productos, la luz y demás, sino también los propios viticultores, que a la hora de producir se han tenido que gastar más dinero en gasóleo, en luz, en los abonos o la propia maquinaria agrícola, que ha aumentado en un porcentaje muy superior al que lo viene haciendo todos los años. Esto al final lo está sufriendo el propio sector, porque después hay que tener en cuenta que estamos en un mercado global en el que compiten otros países que bajan los precios para poder dar salida a los productos. Al final no podemos vender a un precio superior para poder soportar tanto el incremento de los costes como la bajada de producción, por lo tanto nos enfrentamos a un año complicado. El vidrio no deja de subir y con esto el sector se ve muy afectado. 

¿Si se suben los precios, se retrae el consumo?

Por supuesto, y más en la situación que tenemos de incertidumbre a nivel mundial y con la situación a nivel nacional también. Hay que entender que el vino no es un producto de primera necesidad, por lo que supone más complicaciones cuando las cosas no van como deben de ir. 

Después del golpe de la pandemia, que ya afectó al sector, ahora esta nueva crisis... 

Con el golpe de la pandemia no hubo tanta incertidumbre, sabíamos que el consumo en la pandemia cayó en la hostelería, pero subió en los hogares y a nivel exterior se siguió trabajando, pero ahora mismo la crisis de la guerra sí que condiciona mucho a los compradores, porque se cierran mercados de un día para otro, y eso hace que el propio comprador o envasador vaya comprando vino conforme tenga sus necesidades. Eso crea todavía más nerviosismo a quien tiene que vender ese vino. 

Es un contexto malo, por la crisis de la guerra, pero también medioambiental, por la sequía, ¿cómo está afectando a la DO La Mancha la falta de agua en el campo? 

Las sequías son cíclicas, esto lo hemos tenido otras veces, aunque es cierto que yo la sequía más grande que he conocido fue la del 95, que fue muchísimo peor que la que estamos pasando hoy, pero hoy tenemos algo que no teníamos entonces y son las temperaturas tan altas que registramos, que cada año van aumentando. Eso sí que no lo teníamos antes. El cambio climático sí que va a condicionar muchísimo el viñedo de nuestra región y habrá que volver a estudiar padrones de injertos porque habrá que ir adaptándonos a ese incremento de temperaturas y sobre todo a esas puntas de calor, ya que hemos llegado a los 42-43 grados y también está el hecho de que tengamos temperaturas por encima de los 35 grados muchos días del verano. Eso sí que es muy complicado, es algo que ha llegado para quedarse y ahí tenemos más miedo que a lo que son en sí las sequías. No obstante, es cierto que lleva muchos meses sin llover, aunque tuvimos una primavera lluviosa y gracias a eso hemos podido salvar la campaña, pero lleva tiempo sin llover mucho y sería conveniente que lloviese ya mismo porque si no se mojan este otoño las viñas la producción del año que viene tenemos claro que va a ser muy, muy escasa. 

¿Habrá una mayor apuesta por las variedades que se adapten mejor al cambio climático?

Sí, llevamos unos años en los cuales en la reestructuración se quitó la variedad airén porque teníamos muchas hectáreas todavía y se pretendía que se cambiaran por variantes mejorantes, pero eso está muy bien cuando tienen riego e incluso con riego también se ha visto muy afectado. El airén es una variedad autóctona, así lo veo como viticultor, y es variedad que ahora, en la sequía, no ha producido como queríamos, pero ha mantenido más el tipo, mientras que a otras variedades les ha costado más y han tenido mermas de hasta un 30 y un 40%. Por lo tanto, creo que la apuesta en los próximos años tiene que ser por variedades que se adapten bien, ya que tenemos que tener claro que al final tenemos que producir uva y si no producimos, por muy buena variedad que queramos tener, de variedades que se venden muy bien, si no tenemos cantidad, para el agricultor económicamente no es viable. 

¿Teme que las restricciones para la extracción de aguas subterráneas también condicionen el viñedo en la provincia en los próximos años?

Sí, es cierto que los pantanos están como están, y en cuanto a aguas subterráneas, como no hay, o al menos yo lo creo, estudios que nos digan exactamente el agua que tenemos abajo, de momento no hemos tenido grandes bajadas del acuífero, se ha podido terminar bien la campaña regando, pero evidentemente desde Confederación nos pueden complicar muy y mucho las cosas si no lloviese este otoño invierno. 

Por otra parte, ¿se está apostando por incrementar el consumo? ¿Qué tipo de público se busca desde la DO La Mancha?

Sí, estamos en una región en la que nuestra baza es el vino joven, vino con mucha fruta, fácil de beber. Tenemos los vinos ideales para el público joven que se inicia. Tenemos una relación calidad-precio excepcional, ahora mismo un vino con DO en bodega está entre los tres y los cinco euros, vinos que en cualquier otro sitio multiplicaría por dos, por tres o por cuatro sus precios. Además, en La Mancha tenemos muchas variedades, desde los vinos blancos como chardonnay, savagnin o moscateles muy aromáticos y muy fáciles de beber, así como nuestros tintos jóvenes, nuestro tempranillo joven, que es nuestro buque insignia, y por supuesto, para un público más maduro, tenemos nuestros crianzas o nuestros reservas para quienes tienen esos gustos. 

¿Cómo acogen desde la DO el hecho de que cada vez se demanden vinos más dulces, con menos grados de alcohol?

Son tendencias, cuando la tendencia es la de vinos con menor graduación, intentamos coger un poco antes las uvas, antes de que tengan una maduración más plena, y se intenta coger con un poco menos de grados de azúcar para poder hacer vinos más ligeros en alcohol. 

¿Y en cuanto a formatos como el vino en lata?

Nosotros estamos abiertos a todo tipo de envases, ya que en muchos sitios el vidrio no se puede introducir. Vimos que había bodegas que así lo demandaban para conciertos u otros eventos y la lata es un envase que en muchas otras partes del mundo se está utilizando y creíamos que era conveniente que el que necesitara ese envase, por supuesto que lo utilizara. 

¿Dónde está centrando la DO La Mancha los esfuerzos en promoción?

Seguimos trabajando prácticamente en los mismos sitios, pero tenemos ahora Rusia, donde ha bajado mucho la exportación; China también se ha cerrado mucho en sí misma y se está introduciendo menos vino, pero estamos viendo que en la zona de Latino América están teniendo muy buena aceptación nuestros vinos, donde muchas bodegas los están introduciendo y también en el continente africano se está trabajando ya. Nosotros tenemos un vino que tenemos que vender porque dentro de diez meses tenemos otra campaña y, por lo tanto, la gente se reinventa y sigue trabajando y si en un sitio se cierra la puerta, en otro se abre. 

También está trabajando la DO con la Universidad para profundizar en el conocimiento de los vinos, ¿no?

Sí, hay otras zonas de España o del mundo donde la cultura del vino está más reforzada. En La Mancha quizás la cultura del vino no está tan arraigada como en otros sitios y hay que hacer más promoción y trabajar más con la hostelería y con la Universidad, como estamos haciendo, de cara a explicar a la gente joven cómo son nuestros vinos, que los prueben y puedo decir que hay muchos que se quedan maravillados cuando ven la amplia gama que tenemos y que son vinos muy fáciles, con mucha fruta, vino que en definitiva gustan a la gente joven. 

¿Se echa de menos una mayor implicación cultural a la hora de ofrecer y de servir los vinos en la tierra? En otras zonas vitivinícolas de España esto está mucho más asentado y el vino se comercializa por encima de otras bebidas...

A lo mejor donde más fuerza hay que hacer es la hostelería, quizás todavía en la hostelería en muchas ciudades no ofrecen como primera opción un vino con Denominación de nuestra tierra, sino que se van a otros vinos que habitualmente han estado más presentes y yo creo que el esfuerzo que tenemos que hacer con la hostelería es muy grande, que la hostelería tiene que darse cuenta de que el potencial que tenemos es grande, que el beneficio del vino que ellos ofrezcan en su carta repercute directamente sobre ellos y sobre los que vivimos en La Mancha. Eso también se está reforzando con una ruta del vino, donde ya hay muchas bodegas que están haciendo enoturismo y se está implicando también mucho la administración, muchos ayuntamientos, y es algo a reforzar de cara a los próximos años. No solamente es ofrecer el vino en muchos sitios, sino también que vean cómo trabajamos para que muchos mitos que tiene la gente de la mancha los pierdan.