Tras un abril histórico, por lo negativo y en que se matricularon apenas seis vehículos, y con un marzo que se cerró con 142 operaciones de compraventa, mayo dejó el tercer peor dato de venta de turismos en la provincia de Ciudad Real, con un nuevo desplome de las operaciones que llega al 68 por ciento, con solo 174 vehículos que salieron de los concesionarios en un mes que volvió a estar condicionado por la desescalada que no permitió la apertura de estos establecimientos hasta el día 11 de mayo.

Según las cifras ofrecidas por la Dirección General de Tráfico (DGT), en comparación con el año anterior, la provincia dejó de vender dos de cada tres vehículos y en lo que va de 2020, la actividad se ha reducido a la mitad: si de enero a mayo de 2019 se matricularon 2.621 turismos, este año son 1.276.

En el balance anual, la mayor caída de la actividad se produce en el canal de los compradores particulares, donde no se alcanzan el millar de coches vendidos cuando el año pasado eran ya más de 2.000 a estas alturas del año. En cuanto a las empresas, la renovación de flotas de vehículos también se atasca, con un retroceso que supera el 50 por ciento.

«Los datos registrados responden sin duda a la progresiva apertura de los concesionarios a lo largo del mes y a posibles operaciones retenidas que no se han podido producir hasta ahora, más allá de la demanda embolsada que se haya podido acumular durante los días de confinamiento estricto», apuntan desde Anfac, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, mientras que desde Faconauto, que reúne a los concesionarios de la automoción, se apuntó que la llegada de clientes a las instalaciones ha sido «testimonial» en mayo, «con todos los departamentos con fuertes caídas de la actividad, particularmente el de vehículos nuevos, que está funcionando a un 30% de su capacidad». Advierten que la recuperación de las matriculaciones «va a ser lenta» y piden concretar el plan para reactivar la demanda desde el Gobierno.