Voces que claman por un cambio decisivo

H.L.M.-C.C.
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Las asociaciones de discapacitados muestran los problemas cotidianos a los que se enfrentan y reclaman soluciones específicos para lograr la accesibilidad universal en todos los aspectos

Usuarios del centro de día de Aspacecire posan para ‘La Tribuna’ - Foto: Pablo Lorente

La celebración del Día Internacional de las Personas con Discapacidad es una oportunidad para situar encima de la mesa problemas que necesitan de atención urgente, pero realmente la discapacidad es un trabajo constante durante los 364 días restantes del año. Las asociaciones ponen negro sobre blanco cuáles son las actuaciones a realizar; conocen mejor que nadie los desafíos a los que se enfrenta la discapacidad en sus múltiples variantes. 


Ciudad accesible. La presidenta de Ciudad Accesible, Cirila del Campo, que atiende a personas con movilidad reducida, señala que  «las dificultades que nos encontramos en el día a día están en los centros escolares, en bancos, en centros sanitarios y en el transporte, que para nosotros está siendo un sufrimiento». Pone como ejemplo los autobuses, que si no están cerca de la acera no se puede desplegar la rampa, o los taxis, que «hay adaptados un día sí y otro no». Pero en definitiva «la urgencia es que todos los edificios públicos sean accesibles». Como ejemplo, «esta semana se han presentado las obras que se iban a realizar en la avenida del parque de Europa y se ha hecho en el centro social que es inaccesible». 

 

Apafes. María José Calderón, presidenta de Apafes, la asociación de Salud Mental de Ciudad Real, señala que «la enfermedad mental como discapacidad es la cenicienta: nos cuesta dios y ayuda avanzar y es difícil abordar estos temas médicos de cara a la sociedad y las administraciones». Para Calderón, «seguir luchando contra el gran estigma», es el camino, a lo que añade que «en la administración los pacientes a veces van acompañados y otras veces van ellos solos. Que puedan resolver los problemas en la administración depende del grado de afectación de la enfermedad».


Once. El presidente de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), Lorenzo Villahermosa, resalta que aún queda mucho «por hacer» en el capítulo de la accesibilidad, y destaca sobre todo el «apartado digital». Las nuevas tecnologías han permitido avanzar en la integración de la discapacidad visual, pero no ha sido suficiente. Por ejemplo, Villahermosa subraya que «tenemos muchas dificultades con las pantallas táctiles que no están adaptadas» en lugares como «hospitales y  oficinas de correos».  Los problemas se extienden a cajeros automáticos y a páginas web que no tienen en cuenta la discapacidad visual. 
Villahermosa, que destaca los avances que se han producido en la capital, como un transmisor de audio en las representaciones del Teatro Quijano, pero considera que la situación general «no es buena. Hay brechas que se hacen muy grandes. En 2019 se tenían que haber eliminando las barreras arquitectónicas y aunque se va consiguiendo aún queda mucho». 
Otras limitaciones llegan a la hora de hacer la compra, y es que «hay muy pocos etiquetados en Braille».

 

Aspacecire. Desde la asociación para la Atención a Personas con Parálisis Cerebral de Ciudad Real (Aspacecire), la trabajadora social Manuela Rubio resalta que la demanda básica es «la accesibilidad en el sentido amplio, es el principal problema. Adaptar todas las situaciones del día a día a la discapacidad».
La parálisis cerebral abarca una gran variedad de situaciones con la discapacidad física como punto en común. «Una de las grandes barreras es el transporte», señala Rubio, que pone como ejemplo que «los autobuses en Ciudad Real sólo tienen espacio para una silla de ruedas, cuando salen varios de la asociación no se pueden ir juntos». Y es que «el moverse por la ciudad es un problema cotidiano», además de que «cuando vamos a algún edificio tenemos que pensar si hay acceso con rampa, que no sea muy alta, si hay baños adaptados, si el ascensor es pequeño… Cuando se hacen las cosas hay que pensar en todos, ya que todos podemos necesitar una adaptación en algún momento de la vida». 

 

Aspas. El presidente de la Asociación de Padres y Amigos del Sordo de Ciudad Real (Aspas), Luis Miguel Garzas, pone como retos más urgentes el empleo, «porque cuesta mucho encontrar trabajo». Encontrar empresas que den empleabilidad a personas con discapacidad es muy difícil, pero la integración empieza mucho antes en edades tempranas; Garzas resalta que en «educación hacen falta muchos esfuerzos, para entender la situación de cada persona, para apoyar con lenguaje de signos cuando es necesario. No sólo es un tema de audición, y es que las personas sordas conforme van creciendo se van quedando solas». 
Garzas añade también la necesidad de la sustitución de los implantes cocleares, que se vuelven obsoletos cuando pasan más de 7-10 años, dependiendo de los casos. Asimismo, también es crucial la «detención precoz». La «Administración siempre está dispuesta, pero cuesta mucho», concluye el presidente de Aspas. 

 

Oretania. El presidente de Oretania Ciudad Real, Eloy Sánchez de la Nieta, advierte que «en los edificios sigue habiendo las mismas barreras y no ha cambiado nada, se incumple la ley y se salta a la torera». Pero Sánchez de la Nieta propone una solución:«No hay solo que aprobar una ley sino también un reglamento disciplinario donde se pudiera obligar a las personas que tienen que cumplir esa ley. Ahora el procedimiento administrativo se pierde cuesta dinero demandar pero luego no pasa nada», y refrenda que «debería haber un reglamento sancionador para aquellas entidades públicas o privadas que cumplan esa ley».