Alarcos late en la red

Pilar Muñoz
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Los romeros no han podido acompañar a la Virgen, pero sus latidos se han dejado sentir en una ermita vacía por el virus, que no ha podido con la fe de los devotos. Han seguido la misa a través del facebook de la Iglesia de San Pedro

Alarcos late en la red - Foto: Tomás Fernández de Moya

El coronavirus no puede con la fe de los devotos de Santa María de Alarcos, de miles de romeros que este año no han podido acompañar a la Virgen en el camino, desde la Iglesia de San Pedro a la ermita en el cerro de Alarcos que se encuentra a unos ocho kilómetros de Ciudad Real.  

Este año no ha habido romería, ni migas ni limoná en el camino, ni caballos, ni reatas de mulas, ni bailes ni cantos en el cerro, ni rosario de la aurora en la ermita ni procesión por los aledaños.

No ha habido presencia física de los devotos, pero sí se ha podido sentir el latido de los corazones de miles de romeros de Ciudad Real capital, Valverde, Poblete y Alcolea principalmente.

Alarcos late en la redAlarcos late en la red - Foto: Tomás Fernández de MoyaNo ha habido romería, pero sí misa en la ermita como cada lunes de Pentecostés como manda la tradición de una de las romerías más antiguas e importantes de España.

Los devotos han podido seguir a través del facebook de la Iglesia de San Pedro la eucaristía, atípica y a puerta cerrada por la situación que vivimos a causa del coronavirus con el fin de prevenir y evitar contagios.

El sacerdote Pablo Martín del  Burgo ha oficiado la misa en el santuario de Alarcos con la imagen de la Virgen en su hornacina mirando a los fieles que han seguido la función religiosa a través de las redes sociales unidos en el rezo.

 Santa María de Alarcos «hoy más que nunca está junto a los enfermos, a los que sufren: es el consuelo y la esperanza de vida eterna», remarcó el sacerdote Martín del Burgo tras la lectura del Libro de Isaías,  capítulo 53, y del Evangelio según San Lucas 1, 39-45 que narra la visita de la Virgen a su prima Isabel.

«Santa María de Alarcos lleva desde hace meses acompañando a los enfermos y ayudando a pasar a  la otra vida a los que han fallecido por este maldito virus. Es nuestra Madre, está a nuestro lado», ha subrayado el  párroco, quien ha destacado la diferencia entre los que creen y los que no creen. «Todos sufrimos, hemos tenido pérdidas, hay familias rotas, pero hay una diferencia entre los que creen y los que no          creen. Los primeros tenemos a Cristo y a la Virgen, tenemos la esperanza de una vida eterna, la resurrección», ha destacado el párroco.

Hoy lunes de Pentecostés la Virgen de Alarcos ha estado «más que nunca con todos, con los que creen y los que no creen, en nuestros hogares, en las habitaciones de un hospital protegiéndonos bajo su manto, intercediendo ante Dios por los enfermos y sus familias, por todos», ha añañadido el sacerdote que ha adaptado su predicación a los momentos que estamos pasando.

En este contexto, ha recordado que los fieles acuden todos los años a ver a la Virgen, pero en este singular Pentecostés ha sido Ella la que ha entrado en las casas de todos los ciudadrealeños. «La Virgen que fue de las batallas, hoy está a nuestro lado en ésta que se libra».

El sacerdote ha trasladado un mensaje de esperanza a los fieles en una misa radicalmente distinta a la de hace un año, en una ermita vacía, no repleta de devotos como en 2019. La pandemia ha impedido a miles de romeros hacer el camino y a los mozos de Valverde recorrer el último tramo de la cuesta subiendo a la imagen de Santa María de Alarcos a la carrera. Tampoco ha habido vivas a la Virgen mientras la colocan para que mire hacia Ciudad Real, Valverde, Poblete. Un Alarcos distinto, pero muy especial.