El reto de la hierba

Agencias
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Carlos Alcaraz encara el comienzo de una nueva gira en el circuito en una superficie que no domina tanto como la tierra batida o la pista dura

El reto de la hierba - Foto: YVES HERMAN

Carlos Alcaraz Garfia se enfrentará en unos días al reto de jugar en hierba, una superficie que todavía tiene por explorar, pues tan solo ha disputado dos encuentros como profesional sobre ese terreno (una victoria y una derrota) cuando en tierra batida lleva jugados 41 y en pista dura 44.

El torneo de Wimbledon, que se disputará del 27 de junio al 10 de julio, centra la atención del joven tenista murciano de 19 años y actualmente séptimo jugador del mundo, tras su participación en Roland Garros, campeonato en el que alcanzó los cuartos de final.

Será su segunda participación en Londres y su tercer Grand Slam de una temporada que comenzó haciendo tercera ronda en el Abierto de Australia y en la que posteriormente ha conquistado los Masters 1.000 de Miami y Madrid y los ATP 500 de Río de Janeiro y Barcelona. Por ahora, desde el 1 de enero, el bagaje del pupilo de Juan Carlos Ferrero es de 32 victorias y solo cuatro derrotas.

La competición que se celebra cada año en el All England Lawn Tennis and Croquet Club, instalación considerada como la 'catedral' de este deporte, es la que más atrae al jugador de El Palmar y su intención es llegar lejos en ella, aunque para eso tendrá que hacer frente a la falta de costumbre de desenvolverse sobre el verde, aunque él ya admitió que se sintió «muy cómodo» en Londres en 2021.

En su debut, la pasada campaña, venció en primera ronda al japonés Yasutaka Uchiyama en cinco mangas (6-3, 6-7 (4), 6-2, 3-6 y 6-3) y luego cayó en la segunda ante el ruso Daniil Medvedev en tres (4-6, 1-6 y 2-6).

Solo dos de sus 87 partidos en el circuito ATP han sido sobre esa superficie mientras que en arcilla ha jugado 41, con un bagaje de 32 victorias y nueve derrotas, y en pista dura 44, de los que ganó 32 y perdió 12. 

Inusual

El rendimiento de Alcaraz en las otras dos superficies es inusual para un jugador que aún no ha llegado a la veintena.

Atrás queda ya una gira en el polvo de ladrillo donde se destapó definitivamente como la gran promesa del tenis mundial. Su triunfo en el Mutua Madrid Open le abrió unas puertas del Olimpo en París, que fueron cerradas de un portazo Alexander Zverev.

Ahora, ante su tercer 'grande' de la temporada, el segundo como 'Top 10', sus aspiraciones son máximas.