Carmen, Paqui, Boni, Rafael, Luisete son algunos de los rostros que miran al objetivo del fotógrafo Rafael Pradas y su exposición 'Sanando Corazones', que se podrá ver desde el próximo lunes en la sala del piano del Hospital General. La muestra abre la recuperada Semana de Paliativos con un proyecto de Pradas, cuyo padre falleció tras estar en paliativos, y que homenajea, a través del recuerdo, al equipo humano que cuida a las personas en ese momento de su existencia en que solo queda paliar la enfermedad. «Dan una medicina que no se encuentra en las farmacias: el cariño y el amor».

La idea de esta exposición es mostrar que los paliativos son «otro proceso de la vida» lejos de la idea de la muerte que se tiene de ellos. En los seis meses en los que ha ido desarrollando el proyecto, el fotógrafo ha visto que los pacientes son los que «asumen» la situación en la que se encuentran y la familia son aquellos a los que muchas veces les cuesta más asumir el nuevo tiempo que deben vivir. «Una de mis maneras de hablar es la fotografía» y, de este modo, homenajear a las personas que cuidaron a su padre en la última parte de su vida.

En su intención por mostrar esta visión tan personal y particular de los paliativos, el fotógrafo mantuvo el contacto con Guadalupe Serrano, la médica de paliativos de su padre, y decidió presentar ante la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real esta idea de integrarse dentro del equipo, hablar con ellos y con una serie de familias seleccionadas. «Es un reto complicado, porque suelen ser pacientes mayores y un entorno en el que es complicado que entre un fotógrafo y más en un momento de afectación de la gente». Acabó seleccionando seis familias con la idea de no crear un discurso en imágenes que diera pena, sino mostrar que «se puede disfrutar de cada momento de la vida».

La medicina que no está en la farmacia - Foto: Rueda VillaverdePor este motivo, en la exposición no hay lágrimas, sí muchas sonrisas, juegos y abrazos, donde se ve la interrelación que hay entre el hospital, con las doce camas que cuenta para los cuidados paliativos, y los dos equipos domiciliarios, que acuden a casas por toda la gerencia, incluidos pueblos, donde muchas veces les tratan de agasajar con dulces o aceite, con agradecimiento y alivio con su llegada, recibiendo con alegría su entrada en los domicilios. «La psicóloga que lleva paliativos dice que para encontrar el equilibrio es necesaria una silla de tres patas: el paciente, el equipo médico y la familia», aspectos que se reflejan en algunas de las imágenes que se podrán ver en el hospital y después en otros espacios expositivos de la ciudad y de la provincia, gracias al apoyo de la asociación Íker, que también ha apoyado esta muestra.

La coordinadora de Paliativos en el hospital, Teresa Salcedo, apuntó que en Ciudad Real hay unas 300 personas que cada año pasan por el cuidado de este equipo conformado por cuatro médicos, profesionales de enfermería y una psicóloga, que se comparte entre el hospital y el domicilio. Este equipo se ha abierto a Pradas para dar «visibilidad a los paliativos» y mostrar el lado humano de los cuidados. «Los pacientes siempre nos dicen todo lo que les ayudamos, pero mi corazón está mucho mejor por todo lo que los pacientes nos aportan», dijo Salcedo.

En esta recuperación de los actos de los paliativos tras el COVID, la semana que viene habrá jornadas con los residentes, un encuentro del equipo y familiares en el hospital y un concierto organizado con el apoyo de la asociación Íker, llegada a Ciudad Real con la pandemia y que busca ayudar en estos cuidados paliativos. Se trata de iniciativas que versarán sobre el lema de esta jornada que busca que se garanticen por ley estos Cuidados Paliativos y el máximo bienestar ante dolencias incurables. 

Más fotos: