«Los refugiados de Ucrania tienen una tristeza que contagia»

M. Lillo
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A sus 84 años, Ramón Serrano sigue demostrando su bondad y tras traer durante treinta años a niños ucranianos en verano para que huyeran del desastre de Chernóbil, se ha volcado para ayudar a este pueblo

«Los refugiados de Ucrania tienen una tristeza que contagia» - Foto: Rueda Villaverde

Nada más comenzar la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la asociación CREAN (Ciudad Real en Ayuda al Niño) se constituyó como un faro para alumbrar esperanza al pueblo ucraniano con el envío de ayuda humanitaria y acogida de refugiados que escapan de la guerra. 

CREAN se ha volcado desde que empezó la invasión de Ucrania, ¿cuáles han sido sus prioridades en este tiempo?

Hemos estado muy pendientes de qué iba a pasar y nadie se lo creía hasta que surgió. En cuanto saltó la noticia, diversos medios de comunicación se pusieron en contacto conmigo y la noticia salió en Murcia, Sevilla e incluso en Galicia. Nos preguntaban qué íbamos a hacer y nosotros ya teníamos pensado traer gente si fuera necesario y ya hemos traído a 100 personas. Lo prioritario era traer a esas personas para acá y hemos podido llegar a traer dos autocares. 

«Los refugiados de Ucrania tienen una tristeza que contagia»«Los refugiados de Ucrania tienen una tristeza que contagia» - Foto: Rueda VillaverdePrincipalmente son mujeres y niños, ¿qué os dicen?

Cuentan poco por la barrera del idioma, aunque tengamos traductores. Lo que sí le puedo decir es que se les ve una tristeza que contagia y cuando estás con ellos la verdad es que las lágrimas se te saltan al ver la situación de esta gente. Es muy triste. Sus maridos están, entre comillas, prisioneros allí y están con esa desesperación de pensar qué les pasará. 

¿Tienen previsto traer más refugiados?

Tenga en cuenta que dinero no disponemos. Hemos hecho un esfuerzo, que no nos pesa, en absoluto, estamos contentos de poder haber hecho una cosa muy útil para que mucha gente se pueda salvar, pero ya tres autobuses pasan de nuestro presupuesto. 

Ahora tienen que afrontar el proceso de adaptación y de escolarización en el caso de los niños, ¿no?

Sí, y la colaboración para ello siempre la tienen. Hay gente voluntaria y nos está siendo fácil porque la Policía nos lo está haciendo fácil, los colegios también y allí donde van, con esa tristeza que ya nos caracteriza y nos es tan familiar a todos con la palabra Ucrania, hace que todo el mundo nos abra las puertas. Hay que agradecerlo mucho a la gente que también ha respondido económicamente para la llegada de estos autobuses y lo ha hecho sin haber pedido nosotros a nadie dinero, sino que lo han hecho para los ucranianos. 

En CREAN han pasado de traer niños de la tragedia de Chernóbil a la tragedia de la guerra, ¿cómo se asimila?

Son 30 años trayendo a niños ucranianos y para nosotros, tras traer a un niño cuatro o cinco años, por ejemplo, ya es un niño de tu familia, te has encariñado con ese niño. Ucrania ya es algo para nosotros, tienes algo allí. De hecho, yo sigo en contacto con los cuatro que han pasado por mi casa. 

¿Qué tal se encuentran?

Los niños están muy mal. Yo estoy en conversaciones con Román, por ejemplo. Él tiene ya 24 años, pero tiene una enfermedad del corazón que es lo que le sujeta un poco para no ir al frente y, sin embargo, tiene que salir todos los días a vigilar. Hay dos tipos de vigilancia, uno para que no les roben y otro para ver al enemigo, que lo tienen bien cerca. Este enemigo que todos sabemos, no hace falta que yo lo diga, que está mintiendo y diciendo que son los mismos ucranianos los que matan a los ucranianos. Esto no es verdad, todos lo sabemos. Tiene esa misión de vigilar y yo tengo el temor de que le pueda pasar algo. Esta mañana también me ha dado otro de ellos un paseo por un pueblo a través de su móvil. Se quería traer a la mujer a España y a su niña, pero hasta veo lógico que no haya querido venirse su mujer, porque el pensar que se queda su marido allí no lo ven bien. 

¿Qué siente usted cuando ve imágenes como la de Bucha?

Cuando salen imágenes de ese tipo en televisión, y sobre todo a mi mujer, le entra una pena tan grande que apagamos la televisión. Es tristísimo el ver esas escenas y hace que te preguntes: ¿Será fulanito o menganito? Los chicos que hemos tenido. ¿Será su padre? Cualquier cosa es posible... Yo temo mucho por Román, ya que los padres están separados y lo veo muy solitario y le he dicho que en cuanto pueda le esperamos aquí, pero a él no se le ocurre saltarse los límites que hay allí porque se expone a que lo metan cinco años en la cárcel. Yo lo acogí a los siete años y medio y en toda mi familia hizo huella. Todos lo han hecho desde luego, en todos los sitios la hacen. Si uno acoge a un niño ucraniano, que son muy listos y se hacen enseguida con el idioma, le tomas cariño y su familia te lo toma a ti. Es como si tienes otra familia fuera. 

¿Pueden seguir viniendo niños que tengan que escapar de la guerra?

Yo voy a intentar que vengan, no lo voy a conseguir, pero es una pena después de tantos años trayendo niños ucranianos viviendo y disfrutando de las actividades que hacíamos con ellos, que ahora te encuentres muy al revés. Creo que es algo a nivel nacional, y quizás es querer escalar demasiado, pero por hacer la intentona... Además, nunca tendrían mejor acogida los niños ucranianos que ahora. No obstante, hay que tener mucho cuidado con todas esas cosas por las mafias y por todo lo que hay. Nosotros somos muy conocidos y todo esto nos ha dado más a conocer y la gente está respondiendo para ayudarnos. 

¿Cómo ve la reacción del pueblo ucraniano, que está plantado cara a Rusia?

Son luchadores y son patriotas y están luchando y están consiguiendo éxitos. Piensas en el momento actual, pero a veces te paras y dices: ¿Y el futuro qué?, ¿qué futuro le espera a esta gente?, ¿cómo han quedado las viviendas y todo aquello? Para mí, Ucrania, donde he ido varias veces, tenía mucho encanto. También han ido muchas familias de aquí y el hecho de recordar la acogida que las familias hacían ahora a mí me emociona porque nos han tratado estupendamente bien y con un trato muy familiar.

¿Cree que Putin tiene aspiraciones de quedarse con toda Ucrania?

Es que es incomprensible, es una persona que no tiene conocimiento y sentimiento, yo no sé qué interior tendrá, el tratar a la gente como si fueran animales. Matar a la gente así por matarla, ¿ambición de qué?, ¿de hacerse con quién?, ¿para qué?, ¿qué va a ganar con eso, es que no tiene suficiente? Muchas veces piensas en qué es lo que quiere este individuo porque no merece el título de persona. Diría muchas cosas, muchos calificativos, los peores...